Los científicos esclarecen cómo los dientes de las serpientes evolucionaron en colmillos venenosos
Las serpientes venenosas han experimentado a lo largo de la evolución diversos cambios en su organismo hasta desarrollar la capacidad de producir e inyectar veneno, una característica que convierte a estos reptiles en seres únicos dentro del reino animal. El elemento clave de este sistema son los colmillos, que se diferencian no solo de los del resto de los animales, sino también de los otros dientes de las propias serpientes venenosas. Los orígenes de esta particularidad siempre han sido objeto de teorías y especulaciones entre los científicos, pero parece que finalmente los biólogos son capaces de explicar cómo aparecieron los colmillos venenosos.
Estos colmillos, muy largos y afilados, son dientes modificados que incorporan unas ranuras por las que circula el veneno. Este mortífero componente no se origina en los tejidos dentales, sino en los pliegues o arrugas de las encías, estableció un grupo de fisiólogos australianos tras examinar especímenes fósiles, y mediante tomografías computarizadas de alta resolución y un modelado bioquímico.
De estas arrugas, solo dos (una en cada lado de la boca) se vuelve más profunda y se extiende hasta la punta del colmillo, convirtiéndose así en un surco venenoso.
La combinación del diente y el surco posiblemente se desarrolló independientemente en varios linajes de serpientes venenosas, cree este equipo, que publicó sus observaciones y conclusiones en Proceedings of the Royal Society el 11 de agosto. Este estudio, que reafirma "el oportunismo y la eficacia de la evolución", según dijo uno de sus coautores, Michael Lee, demuestra que las "arrugas que ayudaban a unir los dientes a la mandíbula se reutilizaron para ayudar a inyectar el veneno".
"Siempre ha sido un misterio por qué los colmillos han evolucionado tantas veces en las serpientes, pero rara vez en otros reptiles", destacó para un comunicado de la Universidad de Flinders el primer autor, Alessandro Palci. El trabajo de su equipo "responde a esto mostrando lo fácil que es que los dientes de serpiente normales se conviertan en agujas hipodérmicas".
Los científicos refutaron también una hipótesis anterior según la cual los pliegues adheridos a la dentina mejorarían la resistencia de los dientes a la compresión y la ruptura cuando las serpientes muerden a una presa. En lugar de eso, en su opinión, el tejido del surco puede desempeñar un papel importante en la sujeción más firme de los colmillos en la mandíbula.
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