Los 19 exmilitares colombianos detenidos en Haití acusados del asesinato del presidente Jovenel Moïse, ocurrido el pasado 7 de julio en su residencia de Puerto Príncipe, han admitido ser los responsables del magnicidio, según unos audios con declaraciones inéditas a los que ha tenido acceso Noticias Caracol.
El capitán Germán Rivera García confesó que, en un primer momento, el plan era únicamente detener al mandatario, pero posteriormente Joseph Badio, exfuncionario del Ministerio de Justicia del país caribeño, les comunicó que el nuevo objetivo era no dejar a nadie vivo en la residencia presidencial.
"Dijo que había que matar a todos, […] a los policías, la seguridad del presidente, todo el que se encuentre adentro de la casa", afirmó Rivera García. El subteniente Jheyner Carmona Flórez agregó que tenían la orden de "si había hasta mascota, matarla, que no podía haber ningún testigo".
Crónica de un magnicidio
La madrugada del 7 de julio, el grupo de mercenarios, que iba acompañado de Badio y varios policías haitianos, se dirigió a la casa del mandatario en seis vehículos. Según indicó Carmona Flórez, portaban entre 15 y 16 armas, si bien algunos de los hombres ni siquiera iban armados.
Tras reducir a la guardia, el subteniente afirma que empezaron a recibir disparos, por lo que se escondieron tras unos muros. "Busqué cubierta de protección […] ahí hubo fuego cruzado y pues nosotros respondíamos el fuego obviamente, pues para tampoco dejarnos matar", contó.
Fue entonces cuando descubrieron que una de las puertas estaba abierta, por lo que entraron a la casa. Ya en su interior se encontraron con varios policías que, en lugar de enfrentarlos, se tumbaron en el suelo pidiéndoles que no les hicieran daño. "Tenían armamento ahí, fusiles, pistolas, tenían muchas cosas ahí. Simplemente, no lo utilizaron".
Según Carmona, fue un mercenario llamado Víctor Pineda quien disparó a Moïse. "Está preocupadísimo, ese muchacho no tiene paz", aseguró, detallando que este entró a la habitación del mandatario con un fusil M4 y le disparó doce veces. Su esposa recibió varios disparos en el abdomen y un brazo, pero sobrevivió.
Huida y detención
Los exmilitares aseguran que les habían informado de que el presidente tenía entre 18 y 45 millones de dólares en su casa. En su dormitorio encontraron varias maletas y cajas llenas de billetes. Una parte del dinero fue para CTU, la empresa que los reclutó, mientras que la otra sería su pago.
Según el soldado Naiser Franco Castañeda, Badio y los policías haitianos abandonaron el lugar mientras se desarrollaba el operativo. Asimismo, se les había dicho que tras el magnicidio acudieran al palacio presidencial, donde se juramentaría a la exjueza destituida Windelle Coq como nueva mandataria, que los convertiría en su guardia personal.
Sin embargo, cuando se dirigían hasta allí, se encontraron con la Policía, que abrió fuego contra ellos. Tres de los mercenarios murieron en el enfrentamiento, mientras que el resto lograron huir y refugiarse en la embajada de Taiwán, donde horas después fueron detenidos. Ahora, la Justicia del país caribeño podría condenarlos a estar en la cárcel por el resto de sus vidas.
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