El Gobierno de EE.UU. está "enfocado con determinación" en la posibilidad de un ataque terrorista en Afganistán por un grupo como el Estado Islámico del Gran Jorasán (ISIS-K, por sus siglas en inglés), un enemigo declarado de los talibanes, anunció el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, durante el programa de NBC Nightly News este jueves.
Cuando se le preguntó si Washington teme que los ciudadanos estadounidenses varados en Afganistán puedan convertirse en "rehenes", Sullivan contestó que el proceso de evacuación es "una operación arriesgada" pero está "funcionando" por ahora, antes de plantear la posibilidad de que surjan otras eventualidades.
"Debemos preocuparnos por todo tipo de contingencias. Una de las contingencias en las que estamos muy concentrados es la posibilidad de un ataque terrorista de un grupo como ISIS-K, que, por supuesto, es un enemigo jurado de los talibanes", señaló el alto funcionario sin ofrecer más detalles o evidencia que respalde sus preocupaciones.
ISIS-K, nombre con el que se conoce a la facción del Estado Islámico en la región de Jorasán, surgió alrededor de 2015 formado en gran parte por combatientes del Tehrik-i-Taliban, con base en Pakistán. El grupo se ha enfrentado repetidamente a los talibanes afganos, y a diferencia de otras células del EI que intentan lanzar ataques en el extranjero, ISIS-K se ha mantenido en gran medida como una preocupación local dentro de Afganistán y Pakistán.
Seguirán con las evacuaciones
En ese contexto, Sullivan aseguró que seguirán trabajando para minimizar los riesgos y maximizar el número de personas que puedan ser evacuadas en aviones, aunque admitió que no está claro cuántos estadounidenses permanecen todavía en el país.
"Hemos establecido contacto con los talibanes para permitir el paso seguro de personas al aeropuerto y eso está funcionando en este momento para transportar a estadounidenses y afganos en riesgo", agregó.
El pasado domingo, los talibanes tomaron Kabul y dieron por finalizada su ofensiva por todo Afganistán, mientras el presidente Ashraf Ghani renunciaba a su cargo y abandonaba el país.
La llegada de los insurgentes a la capital afgana provocó que una multitud de personas se apresuraran a huir del territorio, lo que se tradujo en grandes atascos en las carreteras y en estampidas en el aeropuerto de la ciudad. Las trágicas escenas que mostraron a individuos mientras intentaban aferrarse a los aviones que despegaban de la pista, acapararon la atención de todo el mundo.
El éxito militar de los talibanes fue consecuencia de la retirada definitiva del contingente estadounidense del país, iniciada en abril pasado.