Durante su presencia en Afganistán, Estados Unidos gastó en total más de un billón de dólares en proyectos que debían haber fortalecido el país, pero que fracasaron, informa Bloomberg, que cita al especial inspector general para la reconstrucción de Afganistán, John Sopko.
"Es duro decir que todo se desperdició", admite Sopko. "Y aunque hay graves problemas, y yo tengo serias preocupaciones y creo que nuestros militares también, así como la mayoría de los observadores, la historia no ha terminado", añadió.
La lucha contra la producción de drogas absorbió una parte significativa de los gastos. De hecho, Estados Unidos asignó casi 9.000 millones de dólares a este objetivo, aunque con resultados totalmente opuestos, ya que el cultivo de adormidera se duplicó en el territorio de Afganistán.
Según datos de Sopko, este año, EE.UU. desperdició 549 millones de dólares en 20 aviones de carga defectuosos. Se pusieron a la venta, pero finalmente se vendieron como chatarra por 32.000 dólares.
Otra partida de gastos se destinó a la construcción de un centro de formación por 500.000 dólares que tuvo que ser demolido después de cuatro meses del uso.
Además, Washington desembolsó 28 millones de dólares para crear de uniforme militar con patrón de camuflaje para su uso en zonas boscosas, cuando los bosques cubren solo un 2 % del territorio del país centroasiático.
Entre otros ejemplos de gastos difíciles de justificar, el inspector mencionó los 176 millones de dólares que se invirtieron en construir una carretera que fue destruida en menos de un mes, así como los 36 millones de dólares que se destinaron a la creación de un comando central que no se utiliza debido a un error en el tendido de las líneas eléctricas.