Las autoridades del mercado de valores europeo están investigando una supuesta inversión irregular que involucra a dos de los hombres más influyentes de la Fórmula 1, el multimillonario canadiense Lawrence Stroll y el director ejecutivo del equipo Mercedes, el austriaco Toto Wolff, según una investigación del diario canadiense Le Journal de Montréal.
Stroll, accionista del fabricante británico de automóviles Aston Martin Lagonda y propietario del equipo de F1 Aston Martin, es un buen amigo de Wolff. En abril del año pasado el empresario austriaco adquirió una participación del 0,95 % del fabricante británico de coches a un precio confidencial, y según el citado diario, Wolff habría desembolsado unos 36 millones de dólares por esas acciones.
Seis meses después de esa inversión, Mercedes también anunció que pretendía adquirir una participación adicional de hasta el 20 % en Aston Martin Lagonda. Además, el fabricante británico había anunciado en mayo de 2020 el nombramiento como consejero delegado del empresario alemán Tobias Moers, quien hasta entonces era jefe de la filial AMG de Mercedes. Esos dos anuncios coincidieron con un incremento significativo del valor de Aston Martin, que desde el 17 de abril hasta el día de hoy ha visto cómo sus acciones han subido más del 60 %.
La postura del jefe de Mercedes
En noviembre de 2020, la Autoridad Federal de Supervisión Financiera de Alemania inició una investigación sobre dicha compra de acciones por parte de Toto Wolff, quien para ello se habría valido de información privilegiada. Posteriormente, el caso fue transferido a la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido, ya que las acciones de Aston Martin Lagonda cotizan en la Bolsa de Valores de Londres y la agencia reguladora alemana no tiene jurisdicción para continuar con el proceso.
Desde el equipo Mercedes han asegurado que Wolff, en el momento de adquirir las mencionadas acciones, no sabía que Tobias Moers estaba a punto de unirse a Aston y desconocía que Mercedes planeaba una inversión en la firma británica.