Un equipo de científicos del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico de EE.UU. (PNNL, por sus siglas en inglés) ha desarrollado un método para determinar la edad y el origen del uranio.
El estudio se basa en la radiocronometría, tecnología similar a la que se utiliza en geología para calcular la edad de rocas por sus isótopos radioactivos. Esta técnica fue adaptada para tomar en cuenta las impurezas provocadas por la inclusión de tierras raras en las muestras analizadas, lo que podría permitir conocer el lugar en que el uranio fue minado.
Los científicos están probando el método con un cubo de uranio cuyas aristas miden unos cinco centímetros de largo y que se conserva en el PNNL, aunque nadie sabe con certeza cómo llegó allí. Esta pieza, que habría sido parte del programa nuclear nazi, fue incautada en 1945 y llevada a EE.UU. junto con más de 600 piezas similares.
Asimismo, los investigadores esperan establecer, mediante la indagación del origen del cubo, a qué equipo de investigación pertenecía. Durante el régimen nazi, en Alemania hubo dos grupos científicos que llegaron a crear sus prototipos de reactores nucleares: el primero, encabezado por Werner Heisenberg, trabajó en Berlín y luego se movió a Haigerlof; y el segundo, de Kurt Diebner, funcionaba en Gottow.
Por ahora, un análisis químico sugiere que este cubo fue creado para el equipo de Diebner. Así, la estructura está cubierta de una capa de estireno, mientras que el equipo de Heisenberg usaba un recubrimiento cianurado. No obstante, podría ser que el cubo hubiera sido empleado por ambos equipos, dado que se sabe de la transferencia de algunas piezas de Gottow a Haigerlof.
"No sabemos con certeza que los cubos son del programa alemán, así que primero queremos establecer eso. Luego queremos comparar los diferentes cubos para ver si podemos clasificarlos según el grupo de investigación que los creó", cita un comunicado de la Sociedad Química Estadounidense (ACS, por sus siglas en inglés), publicado este martes, a uno de los autores del estudio, Jon Schwantes.
Los investigadores del PNNL, que opinan que la nueva técnica podría ayudar en la lucha contra el tráfico ilegal de material radioactivo, presentarán los resultados de su trabajo en una reunión de la ACS en próximo octubre.