El primer ministro de Perú, Guido Bellido, solicitó este jueves ante el pleno del Congreso el voto de confianza de los legisladores al gabinete del presidente Pedro Castillo en una jornada plagada de tensión e incertidumbre, ya que el rechazo sumergirá al país nuevamente en una crisis institucional.
"Vengo a invitarlos a deponer nuestras diferencias", convocó Bellido en un discurso que duró casi tres horas y que tuvo un tono conciliador, a sabiendas de que la continuidad del incipiente Gobierno de Castillo, quien asumió recién el pasado 28 de julio, depende de la decisión que tomen los congresistas.
"Sé que sabrán hacer suyo este clamor popular: no más conflictos. Perú y su gente están primero. Este gobierno busca entender las dificultades y también tender puentes con el Parlamento para unificar grandes objetivos nacionales y presentar nuestra voluntad de trabajo conjunto para sacar adelante al país desde el diálogo", aseguró.
También prometió que el gobierno respetará la estricta separación de poderes.
"Respetuosamente planteo al Pleno cuestión de confianza para el gabinete que tengo el honor de presidir. De otorgarnos este voto, no los defraudaremos ni a ustedes ni a nuestros compatriotas hermanos que en estos momentos emocionados nos escuchan (...) este es un voto también de reconciliación por el país", advirtió.
La legislación peruana establece que el gabinete presidencial necesita el voto de confianza del Congreso, ya que, en caso contrario, los funcionarios propuestos no pueden asumir y el mandatario de turno tiene que hacer nuevas designaciones.
Desde que juró como presidente, parte de los ministros nombrados por Castillo fueron impugnados por la oposición, entre ellos el propio Bellido, quien fue denunciado por un fiscal por supuesta "apología del terrorismo", lo que él ha negado de manera insistente.
Como parte de este proceso, el Parlamento puede declarar una "vacancia por incapacidad moral" del presidente, es decir, destituirlo, lo que ya ocurrió en 2019 con Martín Vizcarra. Esta amenaza contra Castillo ha estado latente desde su asunción por parte de la oposición partidaria y mediática.
Por eso la sesión de este jueves es crucial, ya que el Gobierno necesita el voto a favor del 50 % de los congresistas que estén presentes en la sesión. El Parlamento está integrado por 130 legisladores, así que, si asisten todos, se necesitan 66 votos para obtener el aval, pero hasta ahora solo tiene garantizado el apoyo de los 47 que forman parte de las bancadas de los partidos Perú Libre y Juntos por el Perú.
Presiones
La sesión parlamentaria estuvo acompañada de la polarización que predomina en Perú y que se fortaleció durante las elecciones presidenciales que Castillo ganó por un escaso margen de 44.263 votos de diferencia contra Keiko Fujimori.
Anoche, simpatizantes del presidente realizaron una vigilia frente al Congreso para apoyar al gabinete y presionar a los legisladores para que den el voto de confianza. Por la mañana, el clima se tensó todavía más con la llegada de grupos opositores, por lo que se iniciaron grescas que fueron controladas por las fuerzas de Seguridad.
Sin embargo, las marchas a favor y en contra del gobierno se sucedieron a lo largo del día en Lima y en otras ciudades del país.
En el Palacio de Gobierno, mientras tanto, Castillo encabezó una ceremonia para despedir a Bellido y al resto de los ministros antes de que partieran rumbo al Congreso.
La sesión fue accidentada desde el principio, ya que el primer ministro comenzó su discurso hablando en quechua y aymara, pero varios legisladores comenzaron a gritarle y a abuchearlo y la presidenta parlamentaria, María del Carmen Alva, le pidió que hablara en español porque no le entendían.
Bellido se limitó a lanzar una sonrisa irónica y a advertir que, cuando hablan en castellano, dejan de lado a millones de indígenas peruanos.
Después, el funcionario explicó que este Gobierno no pretende ser una continuidad de gobiernos anteriores ni tampoco intenta copiar modelos de otros países. "Nuestra principal aspiración es lograr de forma democrática cambios importantes en la estructura social y económica (...) nuestra gestión es para los olvidados y desplazados", afirmó.
De manera insistente, Bellido se refirió a la importancia de consolidar la democracia y la paz en Perú, un país en el que la tasa de desempleo informal es el 74,3 % y la de pobreza, del 30,1 %.
"Ya no podemos desviar la mirada y dejar que esta profunda herida resulte desatendida, ni que las palabras queden en el aire. Tenemos que llevar las soluciones a la práctica, no por nosotros, sino por nuestro querido pueblo. Les pedimos que nos permitan avanzar, no hay por qué renegar, por qué mirarnos mal, hay que abrazarnos y cogernos de la mano fuerte", afirmó al convocar una y otra vez la colaboración del Congreso.
En cuanto terminó su discurso se decretó un receso de una hora. Después, los congresistas comenzarán un debate que se prevé maratónico. Al final decidirán si dan o no el voto de confianza que espera Castillo.
Cecilia González
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