El teniente coronel Mamady Doumbouya, quien encabezó el pasado domingo un golpe de Estado en Guinea, aseguró que tiene la intención de formar un Gobierno que no esté compuesto exclusivamente por los golpistas.
"Se llevará a cabo una consulta para definir el marco principal de la transición, luego se establecerá un Gobierno de unidad nacional para liderar la transición. Al final de esta fase de transición, estableceremos el tono para una nueva era para la gobernabilidad y el desarrollo económico", dijo el militar este lunes en una reunión con los ministros del presidente derrocado, Alpha Condé, según Reuters.
En cuanto al sector minero —que respondió al golpe con perturbaciones en el mercado, alcanzando el precio del aluminio el máximo de 10 años— Doumbouya trató de sofocar sus temores. En particular, aseveró que las fronteras marítimas del país quedarán abiertas para la exportación de minerales y que el toque de queda no se aplicará a la industria.
"Puedo asegurarles a los socios comerciales y económicos que las actividades continuarán con normalidad en el país. Estamos pidiendo a las empresas mineras que continúen con sus actividades", señaló el líder golpista.
Golpe de Estado
Previamente, las fuerzas especiales de Guinea anunciaron en un mensaje a la nación el derrocamiento del presidente Condé, la disolución del Gobierno, la suspensión de la Constitución, el toque de queda en todo el territorio nacional y el cierre de las fronteras terrestres y aéreas. Paralelamente, en las redes sociales se difundió un video que muestra al mandatario guineano rodeado por militares, presuntamente en el momento de su arresto.
Condé ganó las elecciones presidenciales de Guinea en el 2010 y cinco años después fue reelegido para un segundo mandato. Con el objetivo de poder postular su candidatura por tercera vez consecutiva, en marzo del 2020 el mandatario organizó un referéndum que lo habilitó a realizar cambios correspondientes a la Constitución. Sin embargo, la oposición acusó al Gobierno de falsificar los resultados de la consulta y protagonizó multitudinarias protestas en el país. En las últimas semanas, el Gobierno de Condé aumentó drásticamente los impuestos para reponer las arcas del Estado y elevó el precio del combustible en un 20%, lo que provocó malestar generalizado entre los ciudadanos.
El golpe de Estado fue rechazado por varios países. En particular, China y Rusia condenaron las acciones de los militares y exigieron liberar a Condé.