Los brasileños conmemoran este martes los 199 años de su independencia del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, sin embargo, la fecha que ha estado signada más bien por las amenazas contra la estabilidad democrática y constitucional del país suramericano, tras las protestas convocadas hoy por el mandatario Jair Bolsonaro.
La tensa jornada que vive Brasil, atizada por el llamado de ultraderechista, ha encendido las alarmas dentro y fuera de Brasil, ya que algunos líderes políticos aseguran que el mandatario pretende dar un golpe institucional contra el Congreso y del Poder Judicial.
Este escenario ha hecho que la particular fecha —que antecede al Bicentenario de la independencia de Brasil, a celebrarse en 2022— pase desapercibida y los hechos históricos referentes al proceso de emancipación sean solapados por la inmediatez de los sucesos actuales.
No obstante, hay una serie de particularidades en torno a la independencia de Brasil que resultan interesantes para desentrañar los orígenes del país más grande de Latinoamérica, donde no se habla castellano y que tiene una población superior a las 211 millones de personas.
De colonia a monarquía
La colonización de Brasil por parte de Portugal se remonta al año 1.500, cuando Pedro Alvares Cabral llegó a la región y proclamo la soberanía del Reino portugués. Desde entonces, el país fue una colonia que se mantuvo hasta 1815, año en el que la Reina María I incluyó a ese territorio como parte del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve.
La inclusión de Brasil se dio luego que la familia real y la corte portuguesa huyeran a territorio suramericano, amenazadas por las tropas de Napoleón Bonaparte que invadían Portugal y gran parte de Europa.
La gesta se dio porque Portugal se negó a colaborar con el bloqueo a Inglaterra en la Guerra Peninsular entre 1808 y 1814, en la que estuvieron involucrados España, Reino Unido y Portugal contra el Primer Imperio Francés.
María I gobernó desde el exilio hasta que falleció en 1816. Su hijo, el príncipe Juan, tomó el mando como el Rey Juan VI.
Luego, en 1821, el monarca regresó a Europa y dejó como Príncipe Regente a Pedro de Alcántara, su primer hijo. Al año siguiente, el 7 de septiembre de 1822, el Príncipe proclamó la independencia y fundó el Imperio de Brasil.
Una monarquía imperial
Cuando Pedro de Alcántara fundó el Imperio de Brasil, se convirtió en el "Emperador Pedro I". Así, el nuevo Rey, que contaba con apoyo popular al sumarse a la causa de los brasileños, continuó con el sistema monárquico, aunque se distanció de la colonia portuguesa.
Pedro I, que fue declarado como Defensor Perpetuo de Brasil, gobernó hasta 1831 y fue sucedido por Pedro II, quien mandó hasta 1889, período calificado como el régimen monárquico independiente más largo del continente americano.
En ese tiempo, el Imperio de Brasil era el actual territorio brasileño, sin incluir el estado de Acre, que para entonces era una provincia disputada entre Bolivia y Perú. Además, también era parte de ese imperio el actual territorio uruguayo, denominado entonces como Provincia Cisplatina y que se independizó en 1825.
El imperio y su régimen monárquico fue abolido el 15 de noviembre de 1889. Su caída se produjo a través de un golpe de Estado militar, que proclamó desde entonces a la República de Brasil.