El pasado 5 de septiembre las fuerzas especiales de Guinea anunciaron en un mensaje a la nación la disolución del Gobierno, la suspensión de la Constitución y el cierre de las fronteras terrestres y aéreas tras derrocar al presidente del país, Alpha Condé. Una vez depuesto el jefe del Estado, los precios del aluminio alcanzaron el máximo en 10 años, dado que la nación africana representa una cuarta parte de la oferta de bauxitas en el mundo.
Fue entonces, cuando el teniente coronel Mamady Doumbouya, jefe de una unidad de élite del Ejército guineano, compareció ante las cámaras para anunciar los pasos siguientes de los militares.
"Se llevará a cabo una consulta para definir el marco principal de la transición, luego se establecerá un Gobierno de unidad nacional para liderar la transición. Al final de esta fase de transición, estableceremos el tono para una nueva era para la gobernabilidad y el desarrollo económico", declaró el militar.
Experiencia militar en el extranjero
El teniente coronel Mamady Doumbouya nació el 4 de marzo de 1980 en una comunidad de la provincia de Kankan (Guinea). Está casado con una mujer de procedencia europea y tiene tres hijos.
Al alcanzar la mayoría de edad, se trasladó a Francia para estudiar. Se graduó de la escuela militar École de guerre (París, Francia). Aparte de eso, completó su formación como especialista en protección operativa en la Academia de Seguridad Internacional en Israel, además de tener diplomas de las escuelas militares de Senegal y Gabón. Es experto en gestión, mando y estrategia de defensa.
Doumbouya sirvió en la legión extranjera francesa. Su carrera militar de 15 años incluyó, entre otras, misiones en Afganistán, Chipre, Reino Unido, Costa de Marfil, Yibuti y República Centroafricana.
Al completar el servicio en el Ejército francés, el militar aceptó la invitación del propio presidente Alpha Condé para encabezar el Grupo de Fuerzas Especiales (GFS, por sus siglas en francés), establecido en 2018.
Volviendo a Guinea
Mamadou Aliou Barry, especialista en geopolítica del Centro de Análisis y Estudios Estratégicos en Guinea, recordó que las fuerzas de élite se habían utilizado durante el Gobierno de Condé para reprimir las manifestaciones públicas. Especialmente las multitudinarias protestas después del polémico referéndum de marzo de 2020, que habilitó al presidente a postular su candidatura en las elecciones por tercera vez consecutiva y cuyos resultados fueron cuestionados por la oposición.
Como resultado, Doumbouya estuvo bajo la lupa de las autoridades de la UE, que amenazaron con sancionarlo, junto con otros 25 funcionarios por presuntos abusos contra los derechos humanos.
Las funciones y las habilidades del Grupo de Fuerzas Especiales han estado aumentando en los últimos años del mandato de Condé, lo que llevó, en particular, al conflicto entre Doumbouya y el Ministerio de Defensa, supervisor de la GFS, de acuerdo a reportes.
Días antes del golpe del Estado las autoridades guineanas habían aumentado drásticamente los impuestos para reponer las arcas del Estado y elevaron el precio del combustible en un 20 %, lo que provocó malestar generalizado entre los ciudadanos. Ante la perspectiva de nuevas manifestaciones a raíz de la política del gobierno, el jefe de las fuerzas especiales decidió actuar contundentemente y tomar el control.
"Creo que él [Condé] quería tener un instrumento de seguridad a su disposición para misiones represivas, [...] desafortunadamente para él, cuando quiso tenerlo en sus manos, el mando de las fuerzas especiales se volvió en su contra", sostuvo Barry.