El inversor estadounidense George Soros, que criticó al presidente chino, Xi Jinping, y calificó a Pekín como una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU., "está cegado por la ideología y la amargura de sus repetidos fracasos en el pasado al intentar vender en corto el yuan", afirmó este jueves en un artículo de opinión para RT Tom Fowdy, analista británico especializado en temas de política y relaciones internacionales.
En las últimas semanas, Soros, de 91 años, escribió varios artículos de opinión para periódicos como Financial Times y The Wall Street Journal, en los cuales atacó a China y a Xi Jinping. Además, el multimillonario criticó la decisión de la mayor gestora de activos del mundo, BlackRock, de abrir su primera empresa privada en China, tachando el movimiento de "mala inversión" y "error trágico" que "perjudicará" la seguridad nacional de EE.UU., a pesar de que la compañía recaudó 1.000 millones de dólares solo en su primera semana.
Según Fowdy, los "intereses creados" de Soros le "impiden reconocer que lo que él quiere de China no es necesariamente lo correcto para el país o su gente". El analista citó un artículo publicado en el portal Stansberry Investor, en el cual se señala que "la idea de que 'el comunismo es malo, por lo que nunca se deben comprar acciones en un país comunista' simplemente no es una propuesta de inversión seria".
"Sobre el tema de China, Soros simplemente no sabe de qué está hablando", señaló el experto, agregando que, mientras el multimillonario "predica el juicio final y señala el aumento de las tensiones" entre Washington y Pekín, la "mayoría" de los inversores más famosos del mundo "siguen siendo extremadamente optimistas" sobre la nación asiática y sus perspectivas.
"Los bonos chinos nunca han sido más populares entre los inversores extranjeros", continuó Fowdy, ya que China es "un mercado enorme que tiene el mayor potencial económico, financiero y de consumo del mundo, y superará al de EE.UU. en 2032".
El analista sugirió que Soros cree que "la prosperidad continua de China depende de que se vuelva más liberal, y que cualquier cosa que se desvíe de ese camino está condenada al fracaso". Aunque esta opinión es "minoritaria" entre los inversores, "habla más ampliamente sobre cuántas de las clases políticas y mediáticas de Occidente, que a menudo son igualmente ideológicas, están desconectadas en lo que respecta a China y sus perspectivas", opina Fowdy.
"Soros no solo está vendiendo en corto divisas, está vendiendo en corto su propia credibilidad al apostar por la inminente desaparición de un sistema político que simplemente no tiene sentido para él, pero sí lo tiene para cientos de millones de chinos, así como para varios inversores extranjeros inteligentes", concluyó el experto.
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