El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sigue en su intento de enfriar los ánimos de sus seguidores, tras haber protagonizado ataques en contra del Supremo Tribunal Federal (STF) y el Congreso de su país.
En declaraciones frente al Palacio de la Alvorada citadas por el medio local Folha de S. Paulo, Bolsonaro rechazó la presión que intentan ejercer algunos de sus partidarios, que proponen implementar un paro nacional para disolver el Congreso y destituir a los magistrados del STF.
"Algunos quieren que vaya y degolle a todos", dijo Bolsonaro en referencia a los grupos de ultraderecha que ahora lo llaman "traidor", y que iniciaron las acciones violentas de calle el pasado martes 7 de septiembre. A ellos, los llamó a "tener calma" porque "no se puede ir al todo o nada".
Bolsonaro reiteró su pedido para cesar las "protestas" y evitar complicar "la economía de Brasil", porque "las consecuencias de un paro" serían "muy graves para todos". Por esta razón, exigió que las manifestaciones se terminen, a más tardar, el domingo.
Las reacciones de los grupos radicales que apoyan a Bolsonaro se dan luego que el mandatario brasileño publicara este jueves una Carta en la que pedía "armonía" para el país y los Poderes del Estado.
Bolsonaro dijo que "nunca" había querido "agredir" a las instituciones, a pesar de sus furibundas declaraciones públicas contra el Poder Judicial, que alentaron las manifestaciones registradas esta semana.
Bolsonaro dice que no retrocede
Este viernes, el mandatario aseveró que no se ha "echado para atrás en nada" de sus planes, una aclaratoria que contrasta con la postura asumida en la víspera, cuando dijo en la carta que no tenía "intención de atacar a ninguno de los Poderes" y que sus palabras "contundentes" fueron por el "calor del momento".
En un intento por moderar su discurso tras la alarma de la comunidad internacional, Bolsonaro ha pedido finalizar las manifestaciones y los bloqueos de carreteras ejecutados por los camioneros que lo apoyan.
Hasta la fecha, el STF adelanta cinco investigaciones que involucran a Bolsonaro, sus hijos y simpatizantes en presuntos delitos criminales de distinta índole. Además, el Tribunal Supremo Electoral, realiza otras dos averiguaciones en su contra.