La crisis de liquidez que ha azotado al gigante inmobiliario chino Evergrande Group está dando pie a preocupaciones sobre el comienzo de la ruptura de una burbuja inmobiliaria en China que podría traducirse en repercusiones en el sistema total financiero del país asiático.
En medio de los temores ante una posible quiebra de la compañía, las acciones de Evergrande han caído casi un 80 %, quitando 20.000 millones de dólares del valor de mercado en lo que va de año, incluido un 12 % solo este martes, llegando el precio a un mínimo en seis años. La Bolsa de Shanghái cesó las ventas de los bonos de la firma en medio de enormes oscilaciones de su precio.
La empresa, que cotiza en la Bolsa de Hong Kong, es la firma inmobiliaria china más endeudada: tiene pasivos por un monto total que supera los 300.000 millones de dólares, que afectan a más de 250 bancos y entidades no bancarias, después de varios años de préstamos para financiar un rápido crecimiento. En los primeros días de este mes, algunos de sus acreedores exigieron la devolución inmediata del dinero. El lunes se convocaron múltiples inversores frente a la sede de la compañía en Shenzhen para exigir la devolución de sus préstamos a Evergrande.
"Dificultades sin precedentes"
Las subsidiarias del gigante mantienen 934 millones de yuanes (unos 145 millones de dólares) en obligaciones en mora. Esta situación podría "llevar a un impago en cruce" que tendría "un efecto adverso en el negocio, las perspectivas, el estado financiero y resultados del grupo", comentó la firma en un comunicado enviado a la Bolsa de Hong Kong.
La empresa cuyas ventas de inmuebles han estado bajando desde junio pasado, experimentó un nuevo descenso este mes, que culpa a los informes mediáticos negativos que erosionan la confianza de inversores.
La deuda de Evergrande ha sido reiteradamente rebajada por agencias de calificación ante las dificultades de la compañía de manejar el déficit. El grupo anunció este mes que estaba en negociaciones sobre la venta de algunos de sus activos pero que no había avances hasta el momento.
Buscando una solución
Desde la empresa, basada en Guangzhou, han admitido este martes que se enfrentan a "dificultades sin precedentes" y que se encuentran bajo una "tremenda presión"; razón por la que han contratado a un grupo de asesores financieros para explorar "todas las soluciones factibles" que permitan aliviar su crisis.
Aunque la firma desmintió el lunes informaciones sobre una posible quiebra o reestructuración como "contraria a la realidad", los asesores atraídos por Evergrande incluyen a especialistas de Houlihan Lokey, que encabeza la lista de asesorías estadounidenses de reestructuración y cuenta con casos como los de Lehman Brothers, Enron, WorldCom y Noble Group.
"La declaración de Evergrande marca el primer paso de una restructuración, que normalmente involucra retrasos en el pago de interés, el impago de interés o retrasos con recortes", comentó a Reuters James Shi, analista de deuda problemática en la empresa analítica Reorg. El experto añadió que la liquidación tendrá lugar solo en caso de que fracase la reestructuración.
La severidad del impacto
Una de las preguntas más preocupantes va más allá de la suerte de la segunda inmobiliaria más grande del país. Los expertos prevén el nivel de inestabilidad que pueda causar la quiebra, rescate o reestructuración de este gigante.
"Para una compañía de tal escala, sí creo que su inestabilidad amenaza a la economía china. La severidad de esta amenaza dependerá de la medida hasta que el Gobierno chino podrá manejar y controlar estos riesgos", comentó Lan Teng, directora asociada del programa de estudios de China en la Universidad de Michigan (EE.UU.), a Barron's.
Según la experta, un factor importante en el creciente mercado inmobiliario de China es la confianza en la capacidad del Gobierno de sostener este auge. "Así que mantener esta confianza es crucial", explicó.
La semana pasada, los reguladores chinos dieron la luz verde a las negociaciones de Evergrande con bancos y otros acreedores grandes. Esta podría ser una buena señal para los inversores, puesto que las negociaciones ganarían tiempo para una desintegración ordenada de Evergrande, a diferencia de una quiebra anárquica en un país con pocos precedentes de quiebras grandes.
"Estoy más seguro ahora que en cualquier otro tiempo de este año que esta será una detonación controlada. Está muy lejos de probar la estabilidad financiera en China", opinó Samy Muaddi, gerente de bonos corporativos de mercados emergentes en T. Rowe Price.
Dmitri Stepin