Marte experimentó una larga serie de 'súper erupciones' volcánicas, las más fuertes de las que exista allí evidencia, durante un período que duró unos 500 millones de años, ocurrido hace aproximadamente 4.000 millones de años. La estimación fue hecha por un equipo de científicos que en julio pasado publicó su investigación en la revista Geophysical Research Letters, y este martes la NASA confirmó sus indagaciones.
La magnitud de los estallidos, que se produjeron en la región de Arabia Terra, en el norte del planeta rojo, se manifiesta en la siguiente apreciación: la roca fundida y el gas liberado durante una cualquiera de tales explosiones podría llenar un espacio equivalente a 400 millones de piscinas olímpicas.
"Cada una de estas erupciones habrá tenido un impacto climático significativo: tal vez el gas liberado hizo que la atmósfera fuera más densa, o bloqueó el Sol e hizo que la atmósfera fuera más fría. Quienes formulen modelos del clima marciano tendrán que trabajar para intentar comprender el impacto de los volcanes", acentuó Patrick Whelley, uno de los autores del estudio y geólogo de la agencia espacial de EE.UU.
Búsqueda de pruebas
Las 'súper explosiones' hicieron que en los volcanes se abrieran gigantescos cráteres o calderas, que pueden alcanzar decenas de kilómetros de diámetro. Inicialmente, los científicos pensaban que esas depresiones en la superficie marciana eran producto del choque de asteroides, pero un análisis de 2013 apuntó que son en realidad calderas.
Otras investigaciones indicaron que los minerales presentes en la superficie de Arabia Terra son de origen volcánico, e incluso calcularon hasta dónde podrían haberse esparcido las cenizas procedentes de las 'súper erupciones'. Con base en esos datos, los especialistas empezaron a buscar y estudiar el polvo en áreas delimitadas.
Para ello hicieron un mapa topográfico tridimensional de la región y le incorporaron los datos de los minerales allí detectados. Así, observaron que las capas de ceniza estaban bien conservadas.
De esa manera, los investigadores pudieron luego calcular que fueron miles las explosiones volcánicas, basándose en el grosor del polvo y en los cómputos de colegas que midieron cuánto material se fundió durante las erupciones.