El presidente de Perú, Pedro Castillo, promulgó este viernes la ley que permitiría cremar el cuerpo del fallecido líder del grupo guerrillero Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, cuya muerte despertó un fuerte debate sobre el futuro de sus restos, ya que las autoridades buscan evitar homenajes.
La norma, aprobada el jueves por el Congreso peruano, autoriza al sistema judicial, jueces y fiscales a decidir qué hacer con el cadáver de un condenado por terrorismo, que muere en prisión cumpliendo su sentencia "en caso de posible afectación a la seguridad y orden público".
El proyecto obtuvo 70 votos a favor, 32 en contra y hubo 14 abstenciones durante la sesión del pleno.
La organización Sendero Luminoso asesinó a decenas de miles de personas en los años 80 y 90 y su nombre se convirtió en símbolo de violencia extrema en contra de la población en general.
Guzmán murió el sábado pasado, a los 86 años de edad y en prisión. Cumplía ya dos décadas de la cadena perpetua a la que fue condenado después de haber sido detenido en 1992.
La disyuntiva del Gobierno se enfrascó en que si se le entierra en algún cementerio, su tumba pueda convertir en un lugar de peregrinación para sus admiradores.