Una residente del condado de Fayette, en Virginia Occidental (EE.UU.), se ha declarado culpable de estar involucrada en el tráfico sexual de una menor de edad, al permitir que la violara un jefe de Policía en dos ocasiones a cambio de dinero, anunció este miércoles la Fiscalía del Distrito Sur del estado.
Kristen Naylor-Legg, de 28 años, concedió que Larry Allen Clay Jr., quien era jefe del Departamento de la Policía de Gauley Bridge y también trabajaba para el Departamento del Sheriff en Fayette, violara a su hijastra de 17 años por 100 dólares y rebajó el precio a la mitad para su segundo encuentro íntimo no consensuado. Las violaciones sucedieron en junio de 2020, y en la segunda ocasión Clay no llegó a pagarle a la mujer los 50 dólares acordados por mantener sexo con la adolescente.
Naylor-Legg estuvo presente las dos veces. Según The West Virginia Record, era la esposa del que fue el padrastro de la menor, y en la primavera de 2020 emprendió una relación extramatrimonial con Clay que se interesó por la adolescente.
La primera violación ocurrió en la carretera en las afueras de Gauley Bridge, adonde el agente llegó en su vehículo policial mientras desempeñaba sus funciones. Llevaba su uniforme de trabajo y le ordenó a la víctima que le practicara sexo oral, después de lo cual la violó sobre el auto. En la segunda ocasión, la joven fue violada en el antiguo edificio de la escuela secundaria de la ciudad, cuando Clay también estaba en servicio.
Después de la violación, Naylor-Legg le dio a la adolescente toallas de papel para que se limpiara. Al usarlas, la víctima las tiró en el rincón de la habitación y gracias a ello los investigadores han podido recolectar las pruebas de ADN necesarias para inculpar a los responsables.
Ahora, Naylor-Legg se enfrenta a cadena perpetua si la sentencian durante la próxima audiencia judicial, que tendrá lugar el 9 de diciembre. También deberá registrarse como delincuente sexual.
Mientras, la audiencia del atacante se celebrará el 9 de noviembre. A Clay, que se ha declarado inocente, también lo acusan de conspiración y tráfico sexual de una menor mediante coacción. Ambos afrontan un mínimo de diez años en la cárcel y corren el riesgo de pasar entre rejas el resto de su vida.