Este martes ha alcanzado el mar la lava del volcán Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma (España), después de que entrara en erupción la tarde del pasado domingo 19 de septiembre. Desde entonces, el volcán ha expulsado más de 46 millones de metros cúbicos de lava, que han avanzado poco a poco hacia el Atlántico con una temperatura de más de 1.000 grados centígrados.
A las 11:13 de la noche (hora local) del martes, el área de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias confirmó que la lava había llegado a la costa de Tazacorte. Minutos después, el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) detalló que la colada de lava tocó el mar en la zona norte de la playa de Los Guirres, en una zona de acantilados.
Se esperaba que los ríos de lava hubieran llegado al mar hace una semana, pero finalmente no lo hicieron debido a que las coladas ralentizaron su ritmo (primero de los 700 metros por hora a los 300) hasta quedar casi paralizadas.
Sin embargo, el aumento de la explosividad del volcán en los últimos días ha dado un nuevo impulso a las lenguas de fuego, debido a que desde entonces el fluido incandescente es más líquido y circula sobre coladas anteriores, es decir, sobre terreno más liso.
En el transcurso de este martes, la lava superó la carretera de La Costa, entró en Tazacorte y se acercó hasta imbuirse lentamente en las aguas atlánticas poco antes de la medianoche.
El magma del nuevo volcán está creando un delta de lava que se adentra ya decenas de metros en el mar, que se está conformando según se produce la solidificación del magma, a más de 1.000 grados centígrados de temperatura, al contacto con el agua, a poco más de 20 grados. Su enfriamiento que hace que la lava se vaya rompiendo y que sus fragmentos se depositen sobre el leche marino, mientras que otra parte se libera en forma de gases.
Precisamente debido a estos gases, cuyo compuesto más tóxico es el dióxido de azufre, las autoridades locales instaron a la población que vive en la zona de Tazacorte a resguardarse en el interior de sus viviendas. "El contacto de la lava con el mar puede generar explosiones y gases nocivos para la salud", advirtieron. Así, se ha decretado un área de exclusión de dos kilómetros en tierra y dos millas náuticas en el mar en el que está prohibido ingresar. Además, desde la madrugada del lunes se mantiene confinada a la población de cuatro localidades cercanas: San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa.
¿Qué sucede cuando la lava llega al mar?
Cuando el magma caliente entra en contacto con el agua del mar se produce un enfriamiento de la lava y comienza a emitirse una mezcla de vapor y gases a la superficie. Posteriormente se acabará sedimentando y formando parte de la propia tierra.
En un principio se esperaba que pudieran tener lugar en los primeros momentos fenómenos explosivos, pero finalmente no se han dado y el encuentro entre lava y aguas oceánicas está siendo más pacífico de lo esperado.
Sin embargo, sí se han producido gases tóxicos y se han lanzando a la atmósfera partículas muy finas de ácido clorhídrico y de vidrio. Estos gases son peligrosos para la salud, y pueden provocar irritación de ojos y piel y problemas respiratorios. Así, se recomienda a los vecinos de la zona que mantengan sus casas cerradas y eviten salir y, si no pueden hacerlo, que utilicen mascarillas y gafas.
De momento, la nube de óxido de azufre emitida por las bocas activas del volcán ya llegó a las costas africanas y a parte del continente europeo, aunque a distancias muy elevadas, lo que la hacen poco visible y prácticamente inocua para la salud de las personas y de la fauna y flora.
Se calcula que la emisión de este gas a la atmósfera es de entre 6.000 y 9.000 toneladas diarias, según la estimación del Instituto Volcanológico de Canarias.
Ahora se especula también sobre cuanto terreno podría ganar la isla al mar. Según experiencias previas en el archipiélago, se estima que el delta que se está formando podría ganar hasta un kilómetro hacia el norte y otro hacia en sur, pero que solo se podrá adentrar en el mar varios centenares de metros, puesto que a esa distancia se produce un abrupto descenso del lecho marino.
Un millar de viviendas en peligro
El pasado sábado, el cono principal del volcán de Cumbre Vieja sufrió una rotura parcial. Según el geólogo del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), Carlos Lorenzo, se rompió "por la parte suroeste, dejando una colada enorme de bloques muy grandes, desplazándose por la ladera del cono en dirección al mar", detalló el investigador, y agregó que se puede ver la fractura en imágenes captadas por drones. Es este episodio el que dio un nuevo impulso a las coladas, que desde entonces aumentaron su velocidad.
Nueve días después del inicio de la erupción, ya ascienden hasta casi 700 las edificaciones afectadas, mientras se espera que el número todavía aumente sensiblemente, quizás hasta el millar, debido a que hay muchas casas que se encuentran en el cauce de otras de las coladas que se dirigen hacia el mar.
Entre las infraestructuras devoradas por las lenguas de fuego se encuentra un colegio, un centro médico, una iglesia, la sede de la asociación de vecinos de Todoque y diversas carreteras e infraestructuras. En total, son ya más de 260 hectáreas las que han sido cubiertas por la lava, mientras que más de 1.300 se encuentran tapizadas por las cenizas del volcán.
En total, cerca de 6.000 personas, del total de 85.000 habitantes que tiene la isla, han sido evacuadas de la zona circundante al volcán. El grueso fue desplazado el pasado lunes, pero desde entonces se ha producido un goteo de nuevos desalojos: el lunes por la noche los residentes de Tacande, tras la aparición de una nueva boca eruptiva en esa zona; el miércoles los del barrio de Jedey; y el viernes los de los núcleos de Tajuya, Tacande de Arriba y Tacande de Abajo. Otros vecinos, sin embargo, han podido regresar a sus hogares tras descartarse el peligro.
Para paliar la catástrofe humanitaria que está sufriendo la población de La Palma, este martes el Consejo de Ministros de España ha aprobado la declaración de zona catastrófica para la isla y ha anunciado un paquete de ayudas socioeconómicas, la primera de ellas se concreta en 10,5 millones de euros de ayudas para las familias palmeras que han perdido sus viviendas. Algo más de la mitad, 5,5 millones, irá destinada al gobierno regional canario para la compra inmediata de 107 viviendas para poner a disposición de las familias afectadas. El resto tendrá como objetivo la compra de enseres de primera necesidad.
Esta mañana, el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, en una entrevista radiofónica en la COPE, afirmó que espera que a partir de ahora, una vez que la lava ha encontrado una vía hacia el mar, se detenga el ensanchamiento de las coladas en tierra, de manera que no se produzcan más daños en la isla.
El Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) señaló que "es imposible predecir con exactitud cuánto durará la erupción". De hecho, anteriores erupciones producidas en La Palma llegaron a durar hasta 84 días. Ahora, los expertos coinciden en que el actual episodio podría durar desde semanas a meses, aunque se estima que el abanico más probables es de entre 24 y 84 días.