Mientras la mayoría de las bolsas más importantes del mundo e incluso el mercado de criptomonedas tuvieron un lunes marcado por el rojo, los expertos discuten en qué medida esta dinámica está asociada con el desplome de Evergrande, la segunda inmobiliaria china, cuyas acciones han bajado hasta mínimos de hace 11 años por una aguda crisis de liquidez.
Así, Bloomberg ya ha calificado el fenómeno como "contagio de Evergrande", señalando que, conforme a los cálculos de Goldman Sachs, los activos del grupo corresponden a 2 billones de yuanes, o un 2 % del PIB de China.
En cuanto a la magnitud del proceso, el director gerente de la correduría hongkonesa Wealthy Securities, Louis Tse, cree que "Evergrande es solo la punta del iceberg". Al aseverar en una entrevista con Financial Times que los constructores chinos sufren una fuerte presión del Gobierno hacia la reducción de los costos de la vivienda, el empresario afirmó que esto "tiene un efecto de cadena".
"[Esta política] también afecta a los bancos: si los precios de las propiedades son más bajos, ¿qué pasa con sus hipotecas?", preguntó Tse.
Sin embargo, el director de la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's, Ming Tan, cree que el sistema financiero chino es bastante robusto para sobrevivir la caída de Evergrande sin mayores pérdidas. En particular, señala que "la exposición de los bancos a Evergrande está bastante distribuida en todo el sector", es decir, ninguno de los bancos se verá demasiado afectado por la quiebra de la empresa. Supone que un fuerte riesgo sería que "otras inmobiliarias altamente apalancadas incurran en incumplimiento al mismo tiempo".
¿Causa o síntoma?
Por su parte, la experta en tecnología financiera china Sara Hsu denuncia en The Diplomat "fallas estructurales en el sistema financiero de China". Indica que el problema principal, el sobreendeudamiento, es común para muchas grandes instituciones del gigante asiático, tanto bancos como empresas estatales. Asimismo, resalta que "el sector inmobiliario en particular ha experimentado un aumento de precios en los últimos 20 años", pese a los esfuerzos del Gobierno para frenar la especulación inmobiliaria.
"Incluso después de que se resuelva el problema de Evergrande, es probable que continúe la enfermedad del sobreendeudamiento de China, ya que se permite que la deuda funcione sin restricciones en áreas particulares de la economía hasta que sea demasiado tarde para evitar cualquier tipo de consecuencias", escribe Hsu quien califica la situación del gigante inmobiliario como "un síntoma, no una causa" del problema.
En un tono más favorable, Peter Garnry, director de estrategia de acciones de Saxo Bank, opinó en conversación con Bloomberg que Pekín "hará lo que sea necesario para aliviar el impacto". "Para China se trata de estructurar la comunicación correcta y hacer el plan correcto sobre cómo deberían verse los bienes raíces bajo la nueva dirección política. Una vez hecho esto, se moverán rápidamente y en gran tamaño", aseveró el experto.
Evergrande, que cotiza en la Bolsa de Hong Kong, es la firma inmobiliaria china más endeudada: tiene pasivos por un monto total que supera los 300.000 millones de dólares, que afectan a más de 250 bancos y entidades no bancarias, después de varios años de préstamos para financiar un rápido crecimiento. En los primeros días de este mes, algunos de sus acreedores exigieron la devolución inmediata del dinero. El lunes se convocaron múltiples inversores frente a la sede de la compañía en Shenzhen para exigir la devolución de sus préstamos a Evergrande.
El pasado 9 de septiembre, la empresa ofreció devolver los préstamos en cuotas durante cinco años, pero la propuesta fue ampliamente rechazada por los inversores. El pasado domingo, empezó a pagar a sus inversores en productos de gestión patrimonial con bienes raíces. Como resultado, sus acciones cayeron este lunes hasta 0,26 dólares.