Secuestro, torturas y abusos sexuales reiterados. Esas son las vejaciones que habría sufrido un hombre de 28 años que estaba preso en una cárcel de Uruguay, y que dejado al descubierto las irregularidades que se registran dentro del sistema penitenciario del país suramericano.
La denuncia se viralizó la semana pasada en redes sociales, tras un hilo informativo divulgado por el periodista uruguayo Gabriel Pereyra en Twitter, en el que expuso el preocupante caso del recluso que fue hallado en estado de desnutrición en el módulo 11 de la cárcel "Santiago Vazquez" de Montevideo, Uruguay, mejor conocida como "Comcar", y donde se encuentran 750 reos.
Según fuentes sanitarias citadas por Pereyra, el hombre fue abusado de forma continuada durante 40 días por cinco presos, que además de cometer esas vejaciones, le pegaban "con una tabla con clavos" y le negaban el acceso a alimentos.
Ante la situación, el Ministerio de Interior de Uruguay emitió un comunicado para informar que un funcionario de la cárcel había advertido "el estado sanitario de un interno de 28 años", por lo que procedió a trasladarlo a enfermería, en donde le diagnosticaron un cuadro de desnutrición.
Según el Ministerio, en "las primeras averiguaciones" pidieron determinar que la víctima "habría sido extorsionada y maltratada por parte de uno o más compañeros de celda durante varios días", y aseguran que la situación de esa persona "se desconocía", a pesar que los funcionarios policiales hacen recorridos "semanalmente" para revisar "el estado de las rejas".
Además, la cartera de Interior detalla solo pudo conocer la condición del recluso cuando "estuvo en otra celda con otros internos". Tras el incidente, aseguran que revisaron el resto del penal en el que están 750 personas privadas de libertad.
Tras la inspección, las autoridades afirman que hallaron a otros siete reos con "un cuadro de bajo peso", que supuestamente, "en la mayoría de los casos", estaría "asociado al consumo problemático de drogas".
Investigación interna y denuncia por múltiples delitos
Por lo pronto, el caso fue denunciado ante la Fiscalía. El ministerio de Interior se ha comprometido a hacer una "investigación interna" para esclarecer los hechos, así como revisar "los controles que se realizan entre las personas privadas de libertad con el objetivo de evitar que estas situaciones vuelvan a suceder".
En pleno escándalo, el comisionado parlamentario para las cárceles, Juan Miguel Petit, efectuó por su cuenta una denuncia penal por la presunción de múltiples delitos, como violencia privada, violación y privación de libertad.
En declaraciones al medio local Subrayado, Petit señaló que este caso expone un "grave problema estructural" que debe ser atendido urgentemente por los tres poderes del Estado, que ahora tienen que actuar para evitar que se "generan estas catástrofes".
Petit añadió que la víctima a sufre de estrés postraumático, similar al de "un náufrago o alguien que vive una penuria extrema", y adelantó que trabajará con el Ministro de Interior, Luis Alberto Heber, la Fiscalía y otros parlamentarios para resolver el caso.
Por su parte, el ministro Heber calificó lo ocurrido en la cárcel Santiago Vásquez como "una situación que duele" y que "da vergüenza". También anunció la remoción del director del Módulo 11 y designó al oficial Marcio Silvera.
Por último, el titular de Interior dispuso la incorporación de otros 56 policías al Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) para reforzar las labores de vigilancia en el penal.