Este miércoles, la plataforma de videos por 'streaming' Netflix estrenó la miniserie 'Monsters Inside: The 24 Faces of Billy Milligan' ('Monstruos dentro: las 24 caras de Billy Milligan'), que narra la historia de uno de los delincuentes más conocidos en la historia moderna. El mismo día, el tráiler de la producción apareció en YouTube.
Nacido en 1955 en Miami Beach (Florida), Milligan cometió su primer crimen en 1975. Ese año, fue declarado culpable de violación y robo armado, por lo que permaneció en prisión hasta que fue puesto en libertad condicional a inicios de 1977. No obstante, ya en octubre fue arrestado por violar a tres mujeres en el campus de la Universidad Estatal de Ohio, en la localidad de Columbus.
Las evidencias sobre su autoría de los actos eran abundantes: fue identificado por una de las víctimas, dejó las huellas dactilares en el coche de otra y, además, rompió las condiciones de su libertad, que le prohibían tener armas. Como resultado, fue acusado de cuatro violaciones, tres secuestros y tres robos agravados.
Defensa inesperada
La probabilidad de ser condenado a una pena de prisión muy prolongada parecía enorme. Sin embargo, durante la evaluación psiquiátrica Billy declaró que no cometía los crímenes; en vez de ello, insistió en que las víctimas fueron robadas por un tal Ragen y violadas, por una mujer llamada Adalana. Ambos vivían en su cabeza.
El estudio psiquiátrico continuó hasta que los doctores identificaron en Milligan 9 personalidades adicionales, cada una con su temperamento, inclinaciones e historia de vida. Así, Ragen era un violento yugoslavo y Adalana, una tímida lesbiana de 19 años. Como resultado, en diciembre de 1978 fue declarado inocente por causa de locura. El juez, Jay C. Flowers, calificó aquel día el caso como "triste para las víctimas y para el acusado".
De esta manera, Milligan se convirtió en el primer criminal que fue absuelto por demostrar que tiene un trastorno de identidad disociativo. Sin embargo, esto no suponía que no fuera a ser privado de libertad. Milligan fue tratado en clínicas psiquiátricas.
Allí, el análisis continuó, y finalmente los doctores identificaron en él 24 personalidades separadas, que fueron poco informadas sobre las acciones de las demás. De ellas, las 10 conocidas anteriormente las consideraba 'deseables' y 13, no. La última, conocida como El Profesor, combinaba los rasgos de todas ellas, permitiendo una cierta interacción entre ellas. Así lo describe el famoso escritor Daniel Keyes en su libro 'The Minds of Billy Milligan' ('Mentes de Billy Milligan'), escrita con base en varias entrevistas con el enfermo.
Liberación
Aparentemente, la terapia había funcionado y, en 1988, los psiquiatras opinaron que todas las personalidades de Milligan se fundieron en una, y se consideró que ya no representaba un peligro para la sociedad. Fue trasferido a la atención ambulatoria, que terminó en 1991.
Al quedar completamente en libertad, se mudó a California, donde trabajó con cineastas, incluidos James Cameron y Joel Schumacher, sobre la posible adaptación de su historia, recoge Columbus Monthly. Paralelamente, pagaba los 450.000 dólares de deuda a los hospitales psiquiátricos de Ohio, de los cuales logró pagar 170.000 dólares.
Milligan murió de cáncer a los 59 años de edad en 2014 en Ohio, adonde regresó en sus últimos años de vida.
¿Víctima de trauma infantil?
En el documental se explica que Milligan sufrió malos tratos de su padrastro, Chalmer Milligan. Los médicos que trataron a Billy incluso señalan que el origen de su trastorno habría estado en esos abusos y que las distintas personalidades surgieron para ayudarle a sobrellevar las agresiones.
Oliver Megaton, director de la serie, indicó durante la producción de la cinta que le interesaban las causas del trastorno de Billy. "¿Cómo vivía cuando era niño? Este es el problema. No fue víctima de su propia personalidad, fue víctima de su trauma", afirmó.
Sin embargo, Megaton señaló en una entrevista al portal Moviemaker que se propuso no solo contar la historia del hombre, sino honrar a las víctimas de los delitos que se vieron eclipsadas por la inusual defensa de Milligan.
"Teníamos que ser [...] conscientes de que él no era víctima de todo esto. […] Seguro que necesitábamos tener empatía al respecto, pero lo que pasa es que sí cometió un par de delitos", dijo el cineasta.