Helmut Oberlander, extraductor de un escuadrón de muerte nazi durante la Segunda Guerra Mundial, que masacró a más de un millón de personas, ha muerto a los 97 años en su casa de la provincia canadiense de Ontario, "rodeado de seres queridos", según confirmó este miércoles su familia.
"A pesar de los desafíos en su vida, se mantuvo fuerte en su fe", reza un comunicado enviado a CBC News por Ronald Poulton, abogado de Oberlander. "Se consoló con su familia y con el apoyo de muchos en su comunidad. Se entregó generosamente a la caridad, apoyó a su iglesia y fue un amoroso hombre de familia. Se le echará mucho de menos".
Batalla por no ser deportado de Canadá
En 1995, Ottawa inició un procedimiento de desnaturalización y deportación contra Oberlander. Las autoridades canadienses argumentaron que les mintió sobre sus actividades en tiempos de guerra, aunque no tenían pruebas de que participara en alguna atrocidad. Desde entonces, el hombre libraba una batalla legal contra el Gobierno de Canadá para mantener su ciudadanía y no ser deportado. Se le retiró la nacionalidad canadiense en el 2001, pero apeló el fallo. Su ciudadanía fue revocada tres veces más -en los años 2007, 2012 y 2017- y cada vez recurrió. A principios de este septiembre se enfrentó a una audiencia de admisibilidad de la Junta de Inmigración y Refugiados sobre si podía permanecer en el país.
Oberlander, nacido en 1924 en la ciudad ucraniana de Halbstadt en el seno de una familia de origen alemán, mantuvo firmemente que solo tenía 17 años cuando fue obligado, so pena de ser ejecutado, a unirse a una subunidad de los Einsatzgruppen, escuadrones de exterminio nazis que siguieron a las tropas del frente en la Unión Soviética y masacraron a más de un millón de personas, la mayoría de ellas judíos.
En verano de 1942, el escuadrón el Einsatzkommando 10a para el que trabajaba Oberlander como interprete se dirigió a la ciudad rusa de Rostov del Don, a unos 1.000 kilómetros al sur de Moscú. Según los datos del Comité de Investigación ruso, el hombre supuestamente participó en el fusilamiento de unos 27.000 judíos y civiles soviéticos en la región de Rostov, informa RIA Novosti.
En la época soviética, el Comité para la Seguridad del Estado (KGB) descubrió que entre 1941 y 1943 los miembros del grupo fusilaron a civiles en masa y también los mataban en cámaras de gas móviles.
El último canadiense implicado en las atrocidades de la guerra
Por su parte, Oberlander no fue acusado formalmente de participar en ninguna ejecución y, después de la guerra, se mudó en 1954 a Canadá, convirtiéndose seis años después en ciudadano de ese país.
Fue el último de los 12 ciudadanos canadienses presuntamente implicados en las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, pero murieron a una edad avanzada antes de que Ottawa pudiera completar los procedimientos legales para deportarlos, informa el periódico The Globe and Mail.
Reacción de la comunidad judía
Shimon Koffler Fogel, presidente del Centro por Israel y los Asuntos Judíos de Canadá, declaró en un comunicado que el fallecimiento de Oberlander "pone fin al último capítulo de su obsceno abuso del sistema judicial canadiense".
"El hecho es que este país cerró sus puertas a los refugiados judíos que huían de los nazis, luego permitió que algunos de sus verdugos entraran en Canadá y no los deportó"
"Antiguo miembro de un escuadrón de matanza móvil nazi, Oberlander manipuló al sistema judicial canadiense para evitar rendir cuentas", dijo, agregando que el extraductor al servicio de los nazis "debería haber sido deportado hace décadas para enfrentarse a la justicia en Alemania".
"La muerte pacífica de Helmut Oberlander en suelo canadiense es una mancha en nuestra conciencia nacional", dijo Michael Mostyn, director general de B'nai Brith Canada, organización judía que ha luchado durante años por la deportación de Oberlander. "El hecho es que este país cerró sus puertas a los refugiados judíos que huían de los nazis, luego permitió que algunos de sus verdugos entraran en Canadá y no los deportó", añadió.