Científicos determinan los orígenes de los enigmáticos etruscos a través de análisis de ADN
Evidencia de ADN recolectada por un grupo internacional de científicos ha permitido determinar finalmente la procedencia de los antiguos etruscos y terminar el debate sobre el origen de este enigmático pueblo mediterráneo.
En un estudio publicado recientemente en la revista Science Advances, los investigadores explican que los etruscos (un pueblo de la antigüedad cuyo núcleo geográfico fue la actual región italiana de la Toscana) comparten herencia genética con personas que vivían en la antigua Roma.
Anteriormente se consideraba que los etruscos habían emigrado desde la península de Anatolia (Turquía), pese a que los arqueólogos habían encontrado poca evidencia física de que este fuera el caso. No obstante, gracias al análisis de datos genómicos recopilados en 12 sitios en toda Italia a partir de 82 individuos que abarcan un período de tiempo desde el 800 a. C. hasta el 1.000 d. C., los investigadores descubrieron que los etruscos descendían de pastores que se trasladaron a la región desde las estepas durante el Neolítico tardío y la Edad del Bronce.
Este hallazgo, a su vez, saca a relucir otro misterio de los etruscos: el origen de su lengua no indoeuropea, actualmente extinta. Se cree que las lenguas indoeuropeas se originaron en las vastas estepas euroasiáticas y en Europa, por lo que resulta interesante el hecho de que los etruscos mantuvieran su idioma no indoeuropeo durante tantos siglos, pese a las influencias lingüísticas de sus vecinos.
"Esta persistencia lingüística, combinada con un cambio genético, desafía las suposiciones simples de que los genes son iguales a los idiomas", señaló David Caramelli, antropólogo de la Universidad de Florencia (Italia). El experto explica que "un escenario más complejo puede haber involucrado la asimilación de los primeros hablantes del itálico" por parte de la comunidad de habla etrusca, posiblemente durante un período prolongado de mezcla durante el segundo milenio antes de nuestra era.
Los resultados de los análisis muestran que los etruscos compartían un perfil genético con las poblaciones vecinas, como los latinos que habitaban en Roma, a pesar de que los dos grupos tenían diferencias lingüísticas y culturales significativas. Se sabe que los etruscos eran artesanos, trabajadores metalúrgicos calificados y políticamente sofisticados.
Además, al contrario de lo que sucedía en la cultura griega o romana, la mujer etrusca no era marginada de la vida social, sino que participaba activamente tomando parte en los banquetes, en los juegos gimnásticos y en los bailes, así como en labores públicas.
Por otro lado, si bien la lengua etrusca es peculiar y distinta a las indoeuropeas, no es completamente única. Pertenece al grupo de las extintas lenguas tirsénicas, que fueron habladas en regiones de los Alpes y en la isla de Lemnos, en el mar Egeo. Los autores del estudio proponen que este grupo de idiomas se generó, precisamente, en la zona donde habitaban los etruscos, aunque se necesitan más investigaciones para demostrarlo.