El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, puso en alerta al Ejército este lunes por la crisis de suministro de combustible que atraviesa el país, reporta The Guardian. Si es necesario, se supone que los militares ayudarán a transportar el petróleo y el diésel a corto plazo hasta las gasolineras.
Desde el Gobierno indicaron que el país no experimenta escasez real y la situación actual es causada por el pánico entre los consumidores. Mientras, las redes se llenan de fotografías con estaciones sin suministros y múltiples vehículos, haciendo colas de decenas de metros, pese a las advertencias de que esto empeora el problema.
"Reino Unido continúa teniendo un fuerte suministro de combustible. Sin embargo, somos conscientes de los problemas de la cadena de suministro en las estaciones de servicio y estamos tomando medidas para aliviarlos de forma prioritaria", aseguró el secretario de Empresa, Kwasi Kwarteng, agregando que el personal militar será empleado para posibilitar una capacidad adicional de suministro como medida temporal en caso necesario.
En paralelo, el comunicado conjunto de la industria afectada también resalta que hay "mucho combustible en las refinerías y terminales británicas". Además, se vaticina que la situación mejore en los próximos días.
Por su parte, Keir Starmer, líder del Partido Laborista, arremetió contra Johnson, aduciendo que el jefe del Ejecutivo no había tomado la situación en serio pese a "meses de avisos por parte de la industria", dejando que la situación se saliera de control.
Entretanto, los precios de combustible ya alcanzaron su nivel más alto en ocho años, mientras que se espera un salto posterior debido al tendencia alcista de los costes de energía al por mayor.