Un grupo de paleontólogos publicó en la revista científica Nature Communications Biology un estudio en el que afirman haber detectado biomoléculas en los restos de un dinosaurio que vivió durante el Cretácico Inferior, entre 113 y 125 millones de años atrás.
El fósil fue encontrado en la provincia de Liaoning, en el noreste de China, y consiste en el fémur de un 'Caudipteryx', un dinosaurio emplumado con apariencia de pavo.
Los paleontólogos colocaron el cartílago del fémur bajo un microscopio y lo tiñeron con hematoxilina y eosina, sustancias químicas que tienen la propiedad de resaltar los núcleos celulares y el citoplasma de las células.
Paralelamente, tiñeron el cartílago de un pollo moderno y descubrieron que ambos se iluminaban de la misma manera. Según afirman los autores del estudio, en el cartílago del dinosaurio eran visibles los núcleos y la cromatina, el material del que están hechos los cromosomas.
Li Zhiheng, coautor de la investigación, explicó que la preservación del fósil era "excepcional" debido a las finas cenizas volcánicas que sepultaron el cadáver y lo conservaron "hasta el nivel celular".
Sin embargo, otros miembros de la comunidad científica no están tan seguros de la fiabilidad de los resultados de este experimento. Hasta ahora, el ADN más antiguo jamás secuenciado pertenece a un mamut lanudo de poco más de un millón de años que desde su muerte había permanecido bajo una capa protectora de permafrost en Siberia. Expertos como Evan Saitta, del Centro de Investigación Integrativa del Museo Field de Historia Natural en Chicago, consideran que es imposible que el ADN de los dinosaurios se haya conservado hasta nuestros días, pues sus fósiles son "absurdamente más antiguos" que los del mamut lanudo.
Saitta cree que lo que reaccionaba a las sustancias químicas en el cartílago del 'Caudipteryx' no eran biomoléculas, sino probablemente microbios que se instalaron en el relleno mineral del espacio desocupado por el material genético deteriorado.
Nic Rawlence, director del laboratorio de paleogenética de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), también comparte esta opinión.
"Si bien las células y ADN fosilizados en este nuevo dinosaurio pueden parecerse a los de un pollo moderno, son una copia de piedra, donde las células y el ADN han sido reemplazados por minerales, de la misma manera que un hueso de dinosaurio es una versión mineralizada de hueso", señaló.
Por su parte, la paleogenetista Love Dalén concluyó que "el hecho de que diferentes tintes o manchas reaccionen con partes de un residuo fosilizado no significa que quede alguna molécula de ADN real en el fósil".