En los últimos años, EE.UU. se ha convertido en uno de los "principales actores del mundo 'offshore'", según indica la investigación coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) y publicada este domingo bajo el nombre de los Papeles de Pandora.
De acuerdo con el ICIJ, si bien EE.UU. es el país mejor situado para poner fin a los abusos financieros, el país "tiene más interés en obligar a otros países a compartir información sobre los estadounidenses que tienen cuentas 'offshore' que en compartir información sobre el dinero que se mueve a través de las cuentas bancarias, empresas y fideicomisos estadounidenses".
En los Papeles de Pandora se precisa que, en 2014, EE.UU. se negó a unirse a un acuerdo, apoyado por más de 100 jurisdicciones, que obligaría a las instituciones financieras del país norteamericano a compartir información sobre los activos extranjeros.
En este contexto, la imagen tradicional de paraísos fiscales como "islas con palmeras" ha ido cambiando gradualmente, con más de una decena de estados de EE.UU., incluidos Dakota del Sur y Nevada, que se han convertido en "líderes en el negocio de vender confidencialidad financiera". Al mismo tiempo, las políticas restrictivas encaminadas a limitar los abusos fiscales no afectaron al nuevo foco del sistema 'offshore', ya que 17 estados del país norteamericano se encuentran entre las 20 jurisdicciones mundiales menos restrictivas, según el estudio del investigador israelí Adam Hofri-Winogradow.
"Mayores destinos de los activos exteriores"
En particular, gracias a las leyes progresivamente aprobadas en Dakota del Sur que ofrecían protección y beneficios a los clientes fiduciarios en EE.UU. y en el extranjero, decenas de millones de dólares se han trasladado de los paraísos fiscales en el Caribe y Europa a Dakota del Sur, uno de los "mayores destinos de los activos exteriores". Así, según detalla la investigación, los activos de los clientes en los fideicomisos de dicho estado se han más que cuadriplicado durante la última década y alcanzaron los 360.000 millones de dólares.
En total, los documentos filtrados ayudaron al ICIJ y a The Washington Post a identificar alrededor de 30 fideicomisos con sede en EE.UU. vinculados con extranjeros acusados de "mala conducta" o cuyas empresas fueron acusadas de diferentes irregularidades. Por otra parte, se destaca que el bufete de abogados más grande en EE.UU., Baker McKenzie, ayudó a "crear el sistema 'offshore' moderno".
"Claramente EE.UU. es una gran, gran laguna en el mundo", cita el ICIJ las palabras de Yehuda Shaffer, exdirector de la unidad de inteligencia financiera israelí.