Para muchos la pandemia ya parece ser cosa del pasado, los políticos mandan mensajes de optimismo y las personas vacunadas que han mantenido sus empleos comienzan a vivir de una manera que se acerca a la normalidad.
Sin embargo, para millones de estadounidenses los efectos de la pandemia se siguen notando cada día. El acceso a una alimentación de calidad es uno de los puntos que más afecta a las familias de bajos recursos, que, si bien siempre han sufrido para llegar a fin de mes, con la pandemia se ha agudizado su precariedad.
Así lo indica un reciente estudio publicado en Estados Unidos y que señala que el 23% de los ciudadanos afirman no haber tenido acceso a suficiente comida o al tipo de alimentos que necesitaban.
Ayuda insuficiente
La mayoría de quienes no logran acceder a alimentos suele pedir la asistencia de programas puestos en marcha por organizaciones sin ánimo de lucro, sin embargo, al menos el 58% tuvo problemas para acceder a dichas iniciativas.
Según la encuesta, hispanos y afroamericanos, así como personas que viven bajo el umbral de la pobreza, tienen más posibilidades de enfrentar escasez de alimentos.
Este tipo de encuestas dan una idea de la inseguridad alimenticia que aún vive el país debido a la pandemia, y aunque ya quedaron atrás las impactantes imágenes que mostraban enormes colas kilométricas de vehículos esperando para acceder a bancos de alimentos, lo que parece claro es que el problema de la inseguridad alimenticia sigue afectando a muchos en EE.UU.
Fallos en la cadena de suministro
A esta situación hay que unir otra derivada, y es que la cadena de distribución de alimentos también se ha visto afectada por la pandemia. Fábricas, almacenes y conductores de camiones se han visto impactados y eso está afectando a la cadena de distribución de alimentos, y por ende no solo a supermercados o restaurantes, sino también a las escuelas, donde centenares de miles alumnos, que dependen del comedor escolar para tener una alimentación de calidad, se pueden quedar sin acceso.
Por ejemplo, en el estado de Alabama, el Departamento de Educación estatal informa que más de 600.000 niños se han visto directamente afectados y que productos como la leche o el pollo, básicos en la alimentación escolar, escasean.
En definitiva, la pandemia está dejando a millones de estadounidenses sin acceso a una alimentación de calidad y poniendo en riesgo su futuro.
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