Tras la polémica foto del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, levantando un fusil de juguete junto a un menor de edad vestido de Policía Militar, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU desaprobó el uso que el mandatario hizo del pequeño "para promover su agenda politica".
"Para el comité, prácticas como las del presidente deben de ser prohibidas y criminalizadas, y aquellas en las que involucran a niños en situaciones hostiles deben ser investigadas, procesadas y penalizadas", aseveró la organización en un mensaje que recoge G1.
El suceso tuvo lugar la semana pasada, durante un acto en Belo Horizonte, en el estado de Minas Gerais. "Tengo casi 70 años. Cuando era niño, jugaba con esto: pistolas, flechas, tirachinas. Así se creó mi generación y crecimos hombres, fuertes, sanos y trabajadores", dijo el mandatario, que en un momento colocó al niño sobre sus hombros.
La declaración del Comité de los Derechos del Niño de la ONU responde a una pregunta realizada directamente al organismo por G1 y otros medios de comunicación brasileños. En su respuesta, el comité explicó que la participación de menores en hostilidades está explicitamente prohibida por la Convención de los Derechos del Niño y eso incluye "la producción y difusión de imágenes de niños participando en hostilidades, reales o simuladas".
El domingo, cerca de 80 movimientos defensores de los derechos humanos en Brasil denunciaron también ante el comité de la ONU a Bolsonaro por el uso político que hizo del menor. En la petición, los denunciantes alegaron que el mandatario "utilizó a un niño para impulsar su la política armamentística brasileña".
Durante toda su carrera política, Bolsonaro ha sido un férreo defensor de las armas y ha promovido el acceso de la población civil a estas, ya que considera que su política armamentística tiene como fin combatir la violencia en el país.
El excapitán del Ejército ha firmado desde que llegó al poder más de 30 actos normativos para flexibilizar el acceso a las armas, varios de los cuales fueron obstaculizados por el Congreso. Según un informe de 2020 del Foro Brasileño de Seguridad Pública, en el país hay registradas más de 2 millones de armas en manos de civiles.