Desde que comenzó la erupción del volcán de Cumbre Vieja en la isla española de La Palma, el pasado 19 de septiembre, la tragedia para parte de la población palmera convive con espectaculares imágenes de este fenómeno de la naturaleza. Algunas de las más impactantes son las obtenidas por drones.
Así, este jueves el Instituto de Ciencias Marinas de la Naturaleza ofrecía una panorámica obtenida con uno de estos aparatos que permite observar desde el crecimiento del delta formado por la lava que se precipita a las aguas oceánicas hasta toda la trayectoria de la colada desde su origen, la boca volcánica.
También el Instituto Geológico y Minero de España, organismo dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Ministerio de Ciencia e Innovación de España, ha captado imágenes de esa isla baja o fajana que sigue ganándole terreno a las aguas atlánticas y que poco a poco comienza a enfriarse y solidificarse.
Desde que la primera colada encontrara el mar, nueve días después del comienzo de la erupción, la superficie formada supera ya las 38 hectáreas. El video del CSIC ha alcanzado en tan solo dos días mas de 128.000 reproducciones.
Los expertos continúan pendientes de la evolución de las emisiones de lava del volcán, a veinte días del inicio de la actividad, después de que este jueves una segunda colada, surgida de un ramal de la principal, haya caído sobre el delta lávico provocado por la erupción el volcán Teneguía ocurrida en el año 1949, entre Los Guirres y El Charcón.
Ese nuevo ramal ha arrasado con depósitos y algunas edificaciones, así como con algunas superficies de cultivo de plátanos. De hecho, también este evento ha sido recogido en una grabación del Instituto Geológico y Minero de España, en la que se puede observar la caída de esta colada sobre las plataneras de Las Hoyas.
En las últimas horas se ha producido un empeoramiento de la calidad del aire en la zona aledaña a la erupción, con vientos débiles que dificultan la dispersión de contaminantes, en concreto el dióxido de azufre (SO2) expulsado por las bocas eruptivas y por la lava que entra en contacto con las aguas marinas.
La dirección del viento dirige el penacho de cenizas y gases hacia el este, lo que ha impactado directamente en la operatividad del aeropuerto de La Palma. La situación podría mantenerse hasta el sábado, según los expertos del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca).
La superficie arrasada por la lava ya supera las 431 hectáreas, manteniendo sepultados más de 26 kilómetros de carreteras, infraestructuras y más de 1.000 edificaciones. Continúan evacuadas de la zona afectada alrededor de 6.000 personas.