Crean por primera vez un mapa de la corteza motora del cerebro, responsable del movimiento de los mamíferos

Se espera que estos avances ayuden a explicar cómo las neuronas y los circuitos cerebrales están involucrados en las emociones, el comportamiento y el aprendizaje.

Un nutrido equipo de científicos ha creado un atlas y un censo celular de la corteza motora de los mamíferos, lo que podría ayudar a comprender mejor el funcionamiento del cerebro y el estudio de enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer.

En la revista Nature fueron publicados la semana pasada 17 artículos realizados por cientos de investigadores de todo el mundo en el marco del proyecto internacional BRAIN ('Brain Research through Advancing Innovative Neurotechnologies'). En esos trabajos se detalla un mapa de tipos celulares y un diagrama anatómico del cableado neuronal de la región responsable del movimiento -la corteza motora primaria- con datos de células de ratón, mono tití y también humanas.

Aunque la ciencia médica continúa progresando, las causas subyacentes de muchos trastornos cerebrales no se comprenden bien a nivel celular. Pero para cuando la iniciativa BRAIN haya finalizado en 2026, se habrá creado una 'mina de oro' para los científicos clínicos que trabajan en trastornos psiquiátricos, neurodegenerativos y del desarrollo neurológico, señalan los autores.

Trascendencia de los estudios

También se espera que los resultados de estos estudios ayuden a explicar cómo las neuronas y los circuitos cerebrales están involucrados en las emociones, el comportamiento y el aprendizaje. En particular, los creadores del mapa resaltan que esta iniciativa permite dar los primeros pasos hacia una comprensión más completa de los fundamentos neuronales de las habilidades cognitivas humanas, como el lenguaje y el razonamiento.

El atlas integra información sobre las características moleculares, espaciales, morfológicas, de conexión y funcionales de los diferentes tipos de células en las tres especies. Su comparación servirá de base para un estudio más profundo de los tipos de células del resto del cerebro de los mamíferos y ayudará a trasladar a los humanos las investigaciones realizadas en modelos animales. Asimismo, facilitará el análisis futuro de tratamientos para los trastornos del cerebro humano.

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