Un equipo de astrónomos publicó este lunes un la revista Nature un estudio en el que revelan haber detectado señales de radio provenientes de cuatro estrellas enanas rojas que podrían indicar la presencia en sus órbitas de planetas invisibles para nuestros telescopios.
"Hemos descubierto señales de 19 estrellas enanas rojas distantes, cuatro de las cuales se explican mejor por la existencia de planetas que las orbitan", declaró Benjamín Pope, físico de la Universidad de Queensland (Australia). "Este descubrimiento es un paso importante para la radioastronomía y podría potencialmente conducir al hallazgo de planetas en toda la galaxia", añadió.
Para detectar las señales, los investigadores debieron utilizar el radiotelescopio de baja frecuencia más potente del mundo, situado en Países Bajos, y se inspiraron en fenómenos de nuestro propio sistema solar para realizar la búsqueda.
"Sabemos desde hace mucho tiempo que los planetas de nuestro propio sistema solar emiten poderosas ondas de radio cuando sus campos magnéticos interactúan con el viento solar", explicó Pope.
En el Sol, no obstante, no se produce un efecto similar, ya que su campo magnético no es lo suficientemente fuerte y las distancias con los planetas que lo orbitan son demasiado grandes, pero las enanas rojas son diferentes. Se trata de estrellas pequeñas y muy antiguas que tienen campos magnéticos mucho más poderosos que los del Sol, así como exoplanetas que podrían hallarse muy cerca de ellas.
El hecho de que se hayan captado señales de radio en cuatro enanas rojas, por lo tanto, podría significar que están siendo orbitadas por cuerpos celestes todavía indetectables mediante los métodos de observación astronómica actuales.
"No podemos estar 100 % seguros de que las cuatro estrellas que creemos que tienen planetas son de hecho huéspedes planetarios, pero podemos decir que una interacción planeta-estrella es la mejor explicación a lo que estamos viendo", señaló Pope, quien concluye que, pese a que "las observaciones de seguimiento han descartado planetas más masivos que la Tierra (…) no hay nada que diga que un planeta más pequeño no haría esto".