El Consejo de Ministros de España aprobó este lunes 11 de octubre un anteproyecto de ley que busca evitar el desperdicio de alimentos al fomentar la venta de productos "feos, imperfectos o poco estéticos" que estén en condiciones de ser consumidos.
Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentos, resaltó que "no hay producto alimentario más caro que aquel que acaba en la basura, que aquel que se despilfarra", a la vez que detalló que durante el año pasado fueron tirados a la basura más de 1.300 millones de kilos de comida, lo que equivale a 31 kilos per cápita. "Tres de cada cuatro hogares españoles desperdician comida", agregó.
El proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario también tiene como objetivo dar un incentivo a la comercialización de alimentos de proximidad, a granel y ecológicos.
Además, el ministro consideró que es un "imperativo ético" que la sociedad se involucre en esta cuestión, ya que tirar alimentos termina por encarecer el acceso a bienes de primera necesidad, aumenta los residuos con su consiguiente impacto ambiental, desperdicia recursos naturales que son escasos y le quita eficiencia a la competitividad del sector productivo.
El anteproyecto de ley prevé que todos los integrantes de la cadena de producción pongan en marcha un plan para evitar los desperdicios que incluye donaciones a empresas sin fines de lucro o bancos de alimentos. Además, será necesario contar con instalaciones apropiadas y con personal capacitado para que el proceso de manipulación, almacenamiento y transporte minimice los residuos.
Planas también explicó que cuando los alimentos ya no estén en condiciones de ser consumidos, deben emplearse como subproductos para alimentación de animales o para "otros sectores", como "compostaje en la agricultura" o como "materia energética" en la fabricación de biogás u otros combustibles.
España se convierte así en el tercer país de la Unión Europea en impulsar una legislación sobre este tema, después de Italia y Francia. Además, el Gobierno de Pedro Sánchez intenta cumplir así con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, que prevé reducir a la mitad el desperdicio de comida por persona en el mundo.