Ian Brackenbury Channell, un británico de 88 años que durante 23 años trabajó como mago oficial de Nueva Zelanda en la ciudad de Christchurch, haciendo actos de hechicería y ejecutando trucos de magia, ha sido despedido, porque ya no encaja con la "moderna" imagen de la ciudad. La subdirectora ejecutiva del Consejo de Christchurch, Lynn McClelland, confirmó al portal local Stuff que el pago final por los servicios del mago se lo harán en diciembre y subrayó que le agradecen sus servicios "durante las últimas décadas".
Brackenbury Channell fue piloto de la Fuerza Aérea británica antes de licenciarse en Psicología y Sociología. En la década de los setenta empezó a hacer trucos de magia después de mudarse a Nueva Zelanda, donde en 1998 le fue conferido el cargo del mago oficial del país por el entonces primer ministro, Mike Moore.
A lo largo de los últimos 23 años, Channell se encargaba de promover el turismo en Christchurch mediante trucos de magia y otros servicios similares, por lo que recibía 16.000 dólares neozelandeses (unos 11.293 dólares estadounidenses) al año. A lo largo de su carrera, el hombre recibió un total de 368.000 dólares neozelandeses (259.750 dólares estadounidenses). Además, el mago recibió la Medalla al Servicio de la Reina, que le fue concedida por Su Majestad la Reina Isabel II.
"Son un montón de burócratas que no tienen imaginación"
McClelland admitió la dificultad de despedir al mago, ya que Channell "siempre formará parte de la historia" de la ciudad. En cuanto al motivo del despido, el ayuntamiento esgrime que el panorama promocional de Christchurch está cambiando y buscan financiar ofertas que reflejen la diversidad de sus comunidades y que muestren "una ciudad vibrante, diversa y moderna que es atractiva para los residentes, los visitantes nacionales e internacionales, las nuevas empresas y los trabajadores inmigrantes cualificados".
Según el mago, el ayuntamiento tomó la decisión de dejar de pagarle, porque no encajaba con "las vibraciones" de la ciudad. "No están pensando en formas de promocionar Christchurch en el extranjero, solo proyectan una imagen de burócratas tomando café con leche en el bulevar", se lamenta Channell, en declaraciones a Stuff. "Son un montón de burócratas que no tienen imaginación", añade.
Cientos de habitantes han querido mostrar su apoyo al mago mediante la creación de una petición en la que exigen que el ayuntamiento vuelva a meterlo en la nómina estatal. "El mago de Christchurch es un símbolo icónico de la ciudad de Christchurch. [...] Él está del lado bueno de la humanidad, es amable, juguetón y desenfadado: necesitamos más de esto", reza la petición.