Hace más de una semana que los estudiantes de la histórica Universidad de Howard, en la capital de Estados Unidos, protestan por las malas condiciones y la escasez de viviendas, así como por la falta de representación estudiantil en el consejo de administración de la institución.
Las iniciativas para hacer que se oigan sus demandas incluyen sentadas, manifestaciones, tiendas de campaña frente al campus o clases en el exterior.
La semana pasada estas medidas no solo fueron rechazadas por la administración, sino que incluso el martes les enviaron oficiales de Policía para intentar sacar de las instalaciones a los estudiantes que estaban protestando. También se los amenazó con expulsiones.
Promesas de soluciones
Después de días de insistencia, las autoridades universitarias este sábado hicieron pública una carta en la que aseguran que escuchan y comparten sus preocupaciones y que intentarán arreglarlas. La misiva, sin embargo, no ha supuesto el fin de las protestas.
A su vez, los estudiantes aseguran que están viviendo en condiciones deplorables. Han mostrado videos y fotografías de sus habitaciones, donde puede encontrarse moho por doquier: detrás de los cuadros, en los aires acondicionados o debajo de los colchones.
Algunos incluso aseguran que prácticamente no tienen qué ponerse porque toda su ropa se ha visto afectada. También hablan de ratas y cucarachas en la cafetería.
'Condiciones insalubres'
"Mi sistema inmunológico es muy sensible, pero nunca había enfermado. Cuando llegué aquí por primera vez, la primera semana tuve covid, y un par de semanas más tarde, tuve faringitis estreptocócica. Cuando fui a los médicos hablaron del moho, pero no sabía que había moho en el edificio hasta que mi madre lo mencionó", cuenta Anita majors-Rivera, una de las alumnas.
"En este momento realmente estamos luchando más contra el moho que contra la covid. Si alguien contrae la variante Delta inhalando el moho, es una sentencia de muerte", añadió Lyayla Lynch, otra estudiante.
Un centro exclusivo y prestigioso
La situación es tal que se están organizando para presentar una demanda colectiva contra la universidad. Cabe destacar que el coste estimado de Howard es de unos 50.000 dólares al año, y que se trata de un centro prestigioso y conocido.
El excongresista Elijah Cummings, el primer embajador afroamericano para Estados Unidos en la ONU Andrew Young, la conocida autora Toni Morrison e incluso la vicepresidenta Kamala Harris pasaron por esa casa de estudios.
Si bien la vicepresidenta de asuntos estudiantiles de la universidad niega la escasez de viviendas para los alumnos, muchos de ellos insisten en que sí existe el problema.
Amenazas de expulsiones
"Afirman que proporcionaron alojamiento para los estudiantes, pero está como a treinta minutos del campus, algunos no tienen transporte. Y luego está el cargo que el campus aplica para poder obtener un beneficio, por lo que es una locura que haya estudiantes literalmente sin hogar en Howard, y simplemente no les importa", lamentó Maya Lynch.
"En un correo electrónico dijeron que están trabajando en ello y están escuchando a los estudiantes y en otro nos dicen que podríamos ser expulsados por hablar. Así que es como si lo que están difundiendo a los medios fuera algo completamente diferente de lo que realmente están haciendo", denuncia Kaedriana Turenn, también alumna de la universidad.
¿Un problema de gran alcance?
Si bien la situación en Howard es llamativa por producirse en la capital, no es un caso aislado. Son muchos los universitarios estadounidenses que se encuentran en situación de pobreza.
Según una encuesta a más de 195.000 estudiantes publicada este año por el Hope Center, aproximadamente la mitad de los encuestados que están en carreras de dos años y dos de cada cinco en carreras de cuatro años experimentaron inseguridad en la vivienda.
En este sentido, son los estudiantes indígenas y los afroamericanos los que más experimentan la falta de un hogar. Otros de los resultados obtenidos fueron que más de un tercio de los universitarios habían padecido depresión y un alto porcentaje de ellos, inseguridad alimentaria.
"Es posible que las tasas que observamos no capten el verdadero alcance de los problemas que afrontan los universitarios estadounidenses", concluye, entre otras cosas, dicho estudio.
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