El director y guionista surcoreano Hwang Dong-hyuk, creador de la popular serie 'El juego del calamar', ha revelado que no cuenta con una fortuna a pesar del éxito que ha tenido el programa en Netflix.
"No soy tan rico", dijo Dong-hyuk en una entrevista con el diario The Guardian. Pero "tengo suficiente como para llevar comida a la mesa", agregó, señalando que la compañía estadounidense de entretenimiento no le ha pagado ningún bono por la gran popularidad de su serie de suspenso. "Netflix me pagó de acuerdo con el contrato", aclaró el director.
'El juego del calamar' batió los récords de audiencia en la plataforma de 'streaming' tras su primer mes de estreno a mediados de septiembre pasado, con 111 millones de visualizaciones, adelantando así a 'Los Bridgerton', la serie que ocupaba el primer lugar.
Documentos internos de esa compañía que fueron filtrados, revelaron que 'El juego del calamar' permitiría generar casi 900 millones de dólares de ingresos para Netflix. Por otra parte, la producción de la serie surcoreana costó 21,4 millones de dólares, unos 2,4 millones por episodio.
¿Habrá la segunda temporada?
Según The Guardian, "eso parece injusto" y Hwang debería haber negociado una cláusula vinculada al desempeño de la serie, particularmente, porque crearla, escribirla y dirigirla le causó tanto estrés que perdió seis dientes en el proceso. "Fue física, mental y emocionalmente agotador", desveló el guionista.
Además, comentó que la idea de 'El juego del calamar' surgió de los problemas económicos por los que atravesó su familia en 2009, tras la crisis financiera mundial. "Estaba muy apurado económicamente porque mi madre se jubiló de la empresa para la que trabajaba. Había una película en la que estaba trabajando pero no conseguimos financiación. Así que no pude trabajar durante aproximadamente un año. Tuvimos que pedir préstamos: mi madre, yo y mi abuela", relató.
Finalmente, Hwang no descartó la realización de la segunda temporada de su popular serie de suspenso, y entre sonrisas, dijo que solo así podría llegar a ser tan rico como el personaje ficticio que se lleva el premio en la historia.
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