El Barcelona Supercomputing Center (BSC), centro pionero de la supercomputación en España, albergará el primer ordenador cuántico basado en la tecnología de circuitos superconductores del sur de Europa, que estará operativo a finales de 2022. Coordinará las labores de Quantum Spain, un proyecto para el que ya se han dotado 22 millones de euros, después de haber sido aprobado el pasado martes por el Consejo de Ministros de España.
La iniciativa, estratégica para Europa, ayudará a que la región no quede descolgada en la carrera cuántica que lideran EE.UU. y China. En el proyecto participarán 25 universidades y centros de infraestructuras de supercomputación de 14 comunidades autónomas, según los responsables de la sede de la capital catalana.
El proyecto incluye un programa de formación para potenciales usuarios de tecnologías cuánticas y los diferentes nodos de la Red Española de Supercomputación, así como la creación de algoritmos cuánticos aplicables a las necesidades de la industria y el sector público.
Quantum Spain prevé la construcción del ordenador cuántico y su progresivo equipamiento con chips de distintas generaciones y número de qubits (la unidad básica de la computación cuántica). La construcción del hardware se llevará a cabo en colaboración con empresas especializadas en este sector emergente.
Un ecosistema cuántico
El objetivo es la creación de un ecosistema de computación cuántica en España, con grandes potencialidades en inteligencia artificial, química cuántica, finanzas, criptografía, ciberseguridad o logística, y que será complementaria y no sustitutiva a la que ya usa el superordenador Marenostrum.
Para alcanzar ese ecosistema, la iniciativa se basa en cuatro ejes:
- La computadora cuántica.
- El desarrollo de algoritmos cuánticos útiles aplicables a problemas reales de los usuarios, tanto empresas como entidades públicas.
- La creación de un sistema de acceso remoto en la nube para permitir que la industria y el sector público experimenten con nuevos algoritmos cuánticos.
- Un programa de formación para incrementar las capacidades de los potenciales usuarios de la computación cuántica y para que todos los nodos de la Red Española de Supercomputación (RES) sean capaces de dar servicio a los futuros usuarios de estas tecnologías.
Quantum Spain no pretende sumarse a la carrera internacional comprando hardware de terceros países, sino que apuesta por el desarrollo de tecnología propia, para limitar la dependencia y mantener el máximo grado posible de soberanía tecnológica y económica.