Luego de que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, acusara de mentir al primer ministro de Australia, Scott Morrison, las relaciones diplomáticas entre los dos países parecen deteriorarse aún más con la reciente filtración de un mensaje personal del mandatario francés.
En la captura de pantalla divulgada este lunes por medios australianos se obseva una pregunta enviada por Macron a Morrison dos días antes del anuncio oficial de Canberra sobre la cancelación de un contrato multimillonario para adquirir submarinos franceses.
"¿Debo esperar buenas o malas noticias para nuestras ambiciones conjuntas en cuanto a submarinos?", se lee en el mensaje.
De este modo, se corroboraría la narrativa oficial australiana de que Morrison había avisado a Macron de la decisión de prescindir del acuerdo antes de hacerla pública.
París, que sostienen que Australia no informó a Francia sobre la cancelación del contrato hasta el último momento, todavía no ha comentado oficialmente la publicación, pero existen sospechas de que podría tratarse de una estrategia diseñada por Canberra, según AFP.
Una fuente cercana a Macron dijo al medio francés que la filtración muestra "métodos muy poco elegantes" de la diplomacia australiana.
Asimismo, el funcionario explicó que la filtración respalda aún más la versión de París sobre los hechos. "Por el contrario, este SMS muestra que el presidente no sabía que iban a cancelar el contrato. […] Sabíamos que los australianos tenían algunos problemas, pero solo se referían a los aspectos técnicos y al calendario, como ocurre con todos los acuerdos importantes", sostuvo la fuente.
Las tensiones entre Francia, por una parte, y EE.UU. y Australia, por la otra, comenzaron a mediados de septiembre cuando París acusó de "traición" a Canberra por rescindir sin aviso su acuerdo multimillonario con el constructor naval francés, que se había comprometido a suministrar al país 12 submarinos convencionales. Australia hizo nulo el contrato valorado en 66.000 millones de dólares y anunció su adhesión a la alianza militar AUKUS, junto con Washington y Londres.
La situación provocó un conflicto diplomático y Francia no tardó en llamar a consultas a sus embajadores tanto en EE.UU. como en Australia, aunque posteriormente retiró la medida.