Un dron cargado de explosivos atacó la residencia del primer ministro iraquí, Mustafa al Kadhimi, este domingo en Bagdad en lo que el Ejército iraquí describió como un "intento de asesinato".
Tras el asalto, Al Kadhimi aseguró en su cuenta de Twitter que "está bien" y pidió a la población mantener "la calma y la moderación por el bien de Irak".
Fuentes de seguridad dieron a conocer que seis miembros de la fuerza de protección personal de Al Kadhimi estacionados fuera de su residencia fueron heridos.
Los diplomáticos de países occidentales que residen en la 'zona verde' de Bagdad, donde están situados edificios gubernamentales y embajadas, escucharon explosiones y disparos en el área. De momento ningún grupo ha reivindicado el ataque.
Por su parte, el Departamento de Estado de EE.UU. propuso a Irak su asistencia para investigar los hechos. "Este aparente acto de terrorismo, que condenamos enérgicamente, estaba dirigido al corazón del Estado iraquí", reza el comunicado de la entidad. "Estamos en estrecho contacto con las fuerzas de seguridad iraquíes, [...] y les hemos ofrecido nuestra ayuda en la investigación de este ataque. Nuestro compromiso con los socios iraquíes es inquebrantable. EE.UU. apoya al Gobierno y al pueblo de Irak", resaltaron desde el Departamento de Estado de EE.UU.
El incidente se produjo después de que las protestas en la capital iraquí por el resultado de las elecciones generales del mes pasado degeneraran en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. La Policía respondió con gases lacrimógenos, matando al menos a un manifestante.