La laxa política monetaria de la Reserva Federal de EE.UU., el marcado incremento de la inflación y las tasas reales de interés negativas son combustible para las burbujas de activos, ha advertido la directora de inversiones de gestión de patrimonio en Morgan Stanley, Lisa Shalett, en una nota citada por Market Watch.
Las tasas reales negativas "históricas tienden a crear excesos y rentabilidad pobre en el futuro", escribió Shalett en dicha nota. "Nos preocupa que la política de la Reserva Federal esté alejada de los fundamentos básicos", agregó.
Según Morgan Stanley, el presidente del banco central estadounidense, Jerome Powell, ha optado por "una política de paciencia" respecto al momento en el que subir la tasa de interés de referencia. Mientras tanto, la actual diferencia entre la tasa de los fondos federales y el Índice de Precios al Consumidor, que se usa para medir la inflación, es "la más grande de la historia".
"Los riesgos de una burbuja de mercado están aumentando", dijo Shalett, sugiriendo analizar los datos del mercado laboral estadounidense, las valoraciones de rentabilidad para 2022 y los indicadores de posicionamiento de miedo/codicia, que "se están acercando a condiciones extremas de sobrecompra".
"Exceso de liquidez"
La ejecutiva de Morgan Stanley estima que la Reserva Federal no pretende modificar las tasas de interés hasta junio del próximo año. "Casi inmediatamente los inversores notaron" esa postura del banco central, dando como resultado nuevas alzas en los precios de las acciones, señaló.
Desde inicios de la pandemia del covid-19, el mercado de valores de EE.UU. ha venido registrando una serie de máximos históricos. "Las acciones continúan avivadas por el exceso de liquidez y la retórica moderada de la Reserva Federal" respecto a las tasas de interés. Esta dinámica "recompensa la fidelidad por la inversión pasiva en el índice S&P 500" y sus principales componentes altamente valorados, que "dependen de un régimen de tipos de interés bajos", explicó Lisa Shalett.
"Las tasas reales negativas refuerzan los activos a largo plazo", pero "contribuyen a las burbujas de activos y la mala asignación de capital", concluyó.
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