La ciudad de La Haya se convirtió este viernes en escenario de protestas y enfrentamientos con la Policía después de que el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, anunciara un cierre parcial para frenar la propagación del coronavirus en el país.
Las nuevas restricciones establecen, entre otras medidas, adelantar el horario de cierre de las tiendas no esenciales hasta las 18:00 y de los locales de hostelería hasta las 20:00, así como ampliar el número de espacios en los que será necesario presentar el pase sanitario para poder entrar. Se espera que las medidas estén en vigor hasta al menos el 4 de diciembre.
El anuncio fue inmediatamente recibido con fuertes protestas de oponentes al nuevo cierre, que se reunieron en las calles de La Haya para expresar su rechazo.
Grabaciones que circulan en redes sociales muestran a centenares de personas —muchas de ellas sin mascarillas puestas— marchando por la ciudad con banderas y pancartas.
Según comunicó la Policía, las fuerzas de seguridad tuvieron que emplear cañones de agua después de que los manifestantes se negaran a dispersarse.
Varias personas resultaron detenidas por la explosión de fuegos artificiales, detallaron desde la Policía, que describió la situación como "agitada".
De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de Salud, en la última jornada se registraron 16.364 nuevos casos de covid-19 en Países Bajos, elevando a 2.253.031 el número total de personas contagiadas en el país desde el inicio de la pandemia.