Un hombre encuentra en unos plátanos comprados en un supermercado una araña que podría ser una de las más venenosas del mundo
Un hombre en Reino Unido encontró lo que cree que es una araña errante brasileña, una de las más venenosas del mundo, en un racimo de bananas que compró en un supermercado.
Joe Stein, de la ciudad inglesa de Beckenham, se disponía a desayunar el pasado martes cuando abrió la bolsa de plátanos y se encontró una "masa oscura" en la fruta, reporta Kent Live.
Joe Stein believes it could be the world's most venomous spiderhttps://t.co/CxMIcAzyUa
— StokeonTrentLive (@Sotlive) November 12, 2021
"Abrí la bolsa, todo bien, di la vuelta a los plátanos y todo lo que vi fue una enorme masa oscura colgando de los plátanos. Era una araña y empezó a moverse, así que le grité a mi novia: '¡No entres en la cocina! Por suerte creo, que estaba muerta, pero fue suficiente para sobresaltarnos y hacernos sentirnos al límite", recordó.
El hombre tiró la fruta y el inesperado hallazgo a un bote de basura fuera de la casa, pero tras hablar con familiares y amigos, decidió recuperar los restos del arácnido para reportar el caso. "Vacié toda la bolsa en una caja de plástico, y en cuanto cayó le puse la tapa y pude comprobar que no se movía", contó aliviado.
¿La araña más venenosa del mundo?
Junto con su novia, Stein empezó a investigar en Internet para dilucidar a qué especie pertenecía el ejemplar, de unos cinco centímetros de largo. "Lo buscamos en Google y se parece en un 99% a la araña errante", relató.
"Vi algunas fotos y parecía idéntica: las grandes patas peludas, el gran abdomen con las pequeñas jorobas sobresaliendo y una línea negra", corroboró el padrastro del hombre.
La araña brasileña errante, también conocida como araña del banano, es el nombre con el que se denomina al género de áracnidos 'Phoneutria'. Endémicas de las regiones tropicales de América Central y del Sur, el Libro Guinness de los Récords de 2010 catalogó a estas arañas como las más venenosas del mundo por poseer el veneno neurotóxico más activo. Este afecta al sistema nervioso con síntomas como salivación o arritmia y puede provocar priapismo, una dolorosa erección no relacionada con la estimulación sexual que se puede prolongar durante horas.