El Pentágono habría ocultado dos ataques aéreos que acabaron con la vida de hasta 64 mujeres y niños en Siria, según una investigación del diario The New York Times, publicada este sábado, basada en documentos confidenciales, descripciones de informes clasificados y entrevistas con militares involucrados en los hechos.
La operación tuvo lugar el 18 de marzo de 2019 cerca de la ciudad de Baguz, en la frontera con Irak, y fue ordenada por una unidad de operaciones especiales desplegada en el terreno denominada Task Force 9, de acuerdo con el diario.
Al día siguiente del bombardeo, observadores civiles encontraron en el lugar "montones de mujeres y niños muertos", apunta el periódico, agregando que imágenes satelitales tomadas cuatro días después mostraban que la zona y los alrededores habían sido apisonados.
David Eubank, exsoldado de las Fuerzas Especiales de EE.UU., quien estuvo en el área una semana después de la masacre, afirmó al medio: "Había un montón de tierra recién removida y el hedor de cadáveres debajo, de muchos cadáveres.
El Pentágono asume el bombardeo
Por su parte, el Mando Central de EE.UU. reconoció por primera vez al diario el doble ataque aéreo, alegando el derecho a "la legítima autodefensa" y afirmaron que la operación provocó un total de 80 muertos, de los cuales 16 eran combatientes del Estado Islámico y otros cuatro, civiles.
En cuanto a los otros 60 fallecidos, señalaron que no lograron determinar el número de civiles, ya que las mujeres y los niños del Estado Islámico a veces tomaban las armas y en el grupo "se observaron múltiples mujeres armadas y al menos un niño armado".
Intentos de investigar un posible crimen de guerra
Tras lo ocurrido, el inspector general independiente del Departamento de Defensa lanzó una investigación, pero su reporte fue "despojado" de cualquier mención a los bombardeos, indica el periódico.
Mientras, un abogado de las Fuerzas Aéreas que presenció la operación, el coronel Dean Korsak, consideró que pudo tratarse de un "crimen de guerra" y solicitó a sus superiores que investigaran lo ocurrido. Al no obtener respuesta, trasladó su petición al inspector general independiente del Pentágono, también sin éxito.
Korsak decidió entonces dirigirse al al Comité de Servicios Armados del Senado, asegurando tener materiales secretos acerca de los bombardeos. "Altos cargos militares estadounidenses eludieron intencionada y sistemáticamente el proceso de ataque deliberado", escribió en un correo electrónico al que tuvo acceso New York times.
"Me estoy exponiendo a un gran riesgo de represalias militares por enviar esto", agregaba en el mensaje, señalando que había muchas posibilidades de que "los niveles más altos del Gobierno siguieran sin ser conscientes de lo que estaba ocurriendo sobre el terreno".