Interferencias en el examen nacional que realizan los bachilleres para ingresar en la universidad y que tendrá lugar este fin de semana. Es la última polémica que envuelve al Ejecutivo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien incluso de gira por los países del Golfo no ha perdido la oportunidad para alimentar la controversia.
Hace unos días, durante su visita a Dubai, en Emiratos Árabes Unidos, el mandatario se enorgulleció ante la prensa de que el Examen Nacional de Enseñanza Media (Enem) "comience a tener el rostro del Gobierno" y pidió "no preocuparse" por "esas cuestiones absurdas del pasado, que caían en un tema de redacción que no tenían que ver con nada".
Esos comentarios, que provocaron gran indignación, Bolsonaro no los soltó a la ligera, sino que los hizo en un momento de grave crisis en el Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas (Inep), órgano encargado del examen, tras la dimisión de 37 funcionarios que denunciaron presiones "psicológicas" e "ideológicas" para no escoger preguntas polémicas que pudiesen incomodar al Gobierno.
"Desagradaban al presidente"
El programa Fantástico, del canal TV Globo, entrevistó a algunos de ellos, sin revelar su identidad. Estos denunciaron tentativas de interferencia en el contenido sociopolítico y socioeconómico de las pruebas, así como intimidaciones.
"Algunos temas se dejaron de lado porque desagradaban al presidente, en una lógica que no conocemos, en criterios que no conocemos. Estos criterios nunca se mencionaron. Está todo velado", comentó uno.
La prueba de Enem es elaborada todos los años con 180 preguntas que escoge un equipo técnico. Uno de los funcionarios aseguró que se le pidió eliminar "más de 20 preguntas" de la primera versión del examen. "Eran preguntas que trataban principalmente de la historia reciente del país, de los últimos 50 años", destacó.
Este jueves, en Doha, capital de Catar, los periodistas preguntaron a Bolsonaro si había visto las preguntas. "No, no las vi", contestó el presidente, mientras aprovechó para calificar el examen de "activismo político".
"Competencia y honestidad"
Desde Brasil, el ministro de Educación, Milton Ribeiro, el tercero que ocupa esta cartera desde que Bolsonaro llegó al poder, intentó salir como pudo del embrollo y ante la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados dijo que el examen tendrá "la cara del Gobierno" en el sentido de "competencia, honestidad y seriedad". Ribeiro negó cualquier tipo de interferencia.
En el mismo sentido, el presidente del Inep, Danilo Dupas, negó la interferencia del Gobierno y haber tenido acceso a la prueba. En una comparecencia ante el Senado se expresó en la misma línea que el ministro. "La cara de nuestro Gobierno es seriedad y transparencia", resaltó Dupas. Varios diputados han exigido su dimisión.
La batalla del Bolsonaro contra este examen no es nueva. Ya en 2018, lo criticó por una pregunta relacionada con homosexuales y travestis. En aquella ocasión dijo que intentaría "enterarse" de su contenido al año siguiente. En 2019, se creó una comisión que censuró preguntas del Enem relacionadas, por ejemplo, con la dictadura militar (1964-1985), que elogia el presidente.
Y en 2020, consideró "ridícula" una pregunta sobre la diferencia de salarios entre los futbolistas brasileños Neymar y Marta. "Sigue habiendo cuestiones ridículas. Comparar mujeres jugando al fútbol y hombres. ¿Por qué Marta gana menos que Neymar? No es necesario compararlo", aseveró.