"Quiero que paguen por lo que hicieron": Los padres del joven futbolista argentino que murió baleado por la Policía exigen justicia

Los familiares de Lucas González, la víctima de 17 años, realizarán una marcha el lunes para pedir castigo a los responsables. Los tres efectivos acusados continúan en libertad.

Un nuevo episodio de 'gatillo fácil' sacudió a la sociedad argentina este jueves, al confirmarse la muerte de Lucas González, un joven futbolista que murió tras recibir dos balazos por parte de efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. 

Los padres del adolescente de 17 años, que jugaba en la sexta división del club Barracas Central, anunciaron que el próximo lunes habrá una marcha para pedir Justicia y cuestionaron que los tres efectivos implicados en el hecho todavía estén libres. 

"Yo pido por favor, que no me dejen sola, que me acompañen y que por favor estas personas que están libres, estén presas, todos los culpables. Yo no meto a toda la policía en la misma bolsa pero quiero que ellos paguen por lo que hicieron", dijo en una rueda de prensa Cintia López, madre de la víctima.

Al dialogar con los medios junto a su marido y el abogado de ambos, Gregorio Dalbón, la mujer dijo que iba a hablar "como mamá" y explicó que Lucas "era una criatura, un bebé, un chico de 17 años que todos los días se levantaba a las 5 de la mañana para ir a entrenar".

También dijo que su hijo combinaba el deporte con sus estudios: "Todas las mañanas me mandaba mensajes para avisarme que ya había tomado el tren o el colectivo [bus], para que le prepare la comida. Después llegaba a casa se acostaba un ratito y se iba a la escuela. Lo habíamos cambiado de turno para que no se le junte con los horarios de entrenamientos", detalló, visiblemente conmovida. 

Por su parte, Mario González, el padre del joven, manifestó: "Somos gente trabajadora, gente humilde, no somos ningunos delincuentes". 

En tanto, el defensor Dalbón sostuvo que los efectivos de la fuerza de seguridad porteña "son autores plenamente responsables del delito de homicidio doblemente calificado por ser cometido por policías y con armas". 

Sospechosos por ser pobres

El grave episodio ocurrió en la mañana del miércoles en el barrio porteño de Barracas, cuando Lucas salía de su entrenamiento junto con tres amigos, dos de los cuales habían ido a hacer una prueba y quedaron en el equipo. 

Vestidos con sus ropas deportivas, los adolescentes viajaban en el automóvil de la madre de uno de ellos, con toda la documentación en regla, y decidieron pasar por un comercio para comprar jugos. En ese momento, bajaron de un vehículo no identificado tres hombres armados de civil, quienes apuntaron a los jóvenes ante la sospecha -según la versión de la institución-, de que estaban por cometer un asalto.  

Creyendo que se trataba de un robo, el conductor intentó esquivarlos y fue allí cuando los policías dispararon, hiriendo a Lucas de dos tiros en su cabeza. 

Los jóvenes continuaron su huida del supuesto robo y se acercaron a dos policías para pedir ayuda, pero las oficiales, también de la Ciudad, los hicieron tirar al piso, los esposaron y se los llevaron detenidos

Lucas González pasó sus últimas horas de vida internado en el Hospital Néstor Kirchner de Florencio Varela, en el Gran Buenos Aires, donde falleció poco después de que le diagnosticaran muerte cerebral.  

En tanto, voceros del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño informaron que a los tres efectivos se los apartó de las tareas operativas y se les inició un sumario. Sin embargo, por el momento no fueron detenidos. 

La marcha pacífica fue convocada para el lunes frente al Palacio de Tribunales, en Buenos Aires, con una vela y banderas de Argentina: "Que esto no pase más, que no pase un Lucas más. A mí no me importa la política, a mí me importa hacer justicia por mi hijo porque ya no lo tengo", dijo la madre del joven deportista asesinado.