Una mujer residente en Londres ha sido sentenciada esta semana a 14 años de prisión tras ser declarada culpable de haber rociado a su novio con ácido mientras dormía porque creía equivocadamente que estaba saliendo en secreto con una compañera de universidad.
Esther Afrifa, de 28 años, compró por Internet un litro de ácido sulfúrico y en diciembre del 2019 vertió la sustancia en el pecho de Kelvin Pogo, de 29 años, que estaba durmiendo en el piso que ambos compartían en el noroeste de la capital británica, según revelaron las autoridades durante una audiencia judicial, recoge Evening Standard. Sin ser consciente de que la responsable del ataque era su pareja, Pogo le pidió ayuda, pero esta hizo todo lo posible para que no recibiera tratamiento de urgencia: fingió llamar a los servicios de emergencia, bloqueó una llamada de sus amigos y canceló un taxi para llevar a la víctima al hospital.
Unas cuatro horas después del primer ataque, Afrifa volvió a verter ácido sobre la cara y el cuerpo de su novio mientras este descansaba en el sofá; el hombre huyó gritando del piso y fue ayudado por un transeúnte antes de recibir finalmente ayuda médica. Poco después, la Policía encontró a la mujer merodeando en un callejón cercano y la detuvo. Según reveló Pogo, su novia también trató de engañarle para que bebiera ácido con el que había llenado una botella deportiva, alegando que era agua del grifo. Explicó que si se salvó fue porque desconfiaba del agua del grifo desde su infancia en África.
"Algo verdaderamente perverso"
El juez Charles Bourne dictaminó en el Tribunal de la Corona de Harrow que la mujer representa un peligro constante para los ciudadanos y ordenó que cumpliera al menos dos tercios de la condena de 14 años de prisión, más tres años adicionales de libertad condicional una vez liberada. Al declarar la condena, calificó el suceso de "algo verdaderamente perverso".
"Usted preparó un arma que sabía que causaría lesiones desfigurantes extremadamente graves y un dolor terrible", dijo el juez dirigiéndose a la culpable. "Se armó y siguió deliberadamente ese plan", agregó.
Inicialmente Afrifa negó todas las acusaciones, pero fue sentenciada por dos cargos de causar daños corporales graves con intención, y estará recluida en un hospital de seguridad debido a un trastorno mental que ha desarrollado desde los ataques. Es probable que sea deportada a Ghana tras su salida de prisión.
Por su arte, Pogo, que se mudó al Reino Unido para estudiar cine, señaló que ha quedado marcado física y psicológicamente, además de haber sufrido una pérdida de visión permanente. "Cada día que me despierto es como el día en que me atacó. Es como si el tiempo se hubiera detenido. Cada vez que llaman a la puerta tengo miedo de que alguien me haga daño. Ella era mi mundo y me hizo esto. No lo entiendo", afirmó a Evening Standard.
Señaló también que está atormentado por pensamientos suicidas y que adeuda 55.000 dólares en facturas médicas. Ahora teme verse obligado a abandonar el país. "Estoy preocupado porque pronto se me acabará el visado y todavía tengo que hacerme más operaciones en el Reino Unido", apuntó.