Identifican al hombre que violó y mató a una niña hace 62 años, dando por concluido uno de los casos sin resolver más antiguos de EE.UU.
La desaparición, violación y asesinato de Candice Rogers, una niña estadounidense de 9 años, conmocionó en 1959 a la ciudad de Spokane, en el estado de Washington. Ahora, 62 años después, las autoridades anunciaron que lograron identificar al responsable gracias a la mejora de la tecnología del ADN.
La Policía local informó este viernes que un análisis de una muestra de semen conservada del lugar del crimen, realizado a principios del 2021, redujo las posibles coincidencias a tres hermanos, uno de los cuales es John Reigh Hoff. Su hija ofreció una muestra de ADN a las autoridades luego de que se enterara que su padre era el sospechoso y los resultados mostraron que era 2,9 millones de veces más probable que "el ADN de la hija de Hoff estuviera relacionado con el de la muestra recuperada que el de la población general", reza el comunicado.
Como el hombre ya había fallecido (se suicidó en 1970), los detectives exhumaron su cuerpo, sin posibilidad de juicio penal. El ADN obtenido de la muestra dejada en la ropa de Rogers en el lugar de los hechos coincidió con el de Hoff, de manera que los investigadores consideran que el asesino fue finalmente identificado.
SPD detectives have solved a cold case murder from 1959. The killing of Candy Rogers, a 9 year old out selling campfire mints, rocked the Spokane community. Join us for a press conference on the case tomorrow - Fri. Nov. 19th - at 10am livestreamed on Facebook. pic.twitter.com/E8ltrVlMLW
— Spokane Police (@SpokanePD) November 19, 2021
¿Cuáles fueron los hechos?
Según detalló el Departamento de Policía de Spokane, el 6 de marzo de 1959 Candy Rogers estaba vendiendo caramelos en el barrio West Central de la localidad y fue denunciada como desaparecida cuando no regresó a casa esa misma noche. Semanas después, su cuerpo fue encontrado en un bosque cercano a su casa, y se determinó que la niña había sido violada y estrangulada con un trozo de su propia ropa. Como en los años 1950 no existía un registro de delincuentes sexuales y la Policía no disponía de la tecnología actual, los agentes entrevistaron a varios sospechosos pero nunca lograron dar con al asesino.
Hoff, que en aquel momento era un soldado de 20 años y estaba destinado en una base militara cercana, inicialmente no era sospechoso. Sin embargo, dos años después de la muerte de la niña, el joven fue condenado por asalto en segundo grado con intención de robo: abordó a una mujer, le quitó la ropa por la fuerza, la ató con sus propias prendas y la estranguló antes de huir del lugar. La víctima sobrevivió y el culpable pasó seis meses en la cárcel por el ataque y fue expulsado del Ejército. Al ser liberado, pasó el resto de su vida como vendedor a domicilio y trabajó en un almacén de madera hasta que se suicidó a los 31 años.
"Fue necesaria la determinación de una comunidad, la evolución de la tecnología y la perseverancia de generaciones de detectives para resolver finalmente el misterio que rodea el horrible asesinato de Candy Rogers. 62 años después, por fin se puede dar por concluido el caso", declaró la Policía.