El puerto de Barranquilla, uno de los más importantes de Colombia, atraviesa una crisis inédita debido a que su calado se encuentra en un nivel crítico histórico, lo que afecta su operación, genera pérdidas incalculables y ha impedido la salida de cuatro buques.
Según el reporte de la Dirección General Marítima, adscrita al Ministerio de Defensa, el calado del canal bajó a 6,2 metros, lo que causó alerta entre los expertos porque es la cifra más baja en los últimos treinta años. Por ello, se establecieron nuevas condiciones para la entrada y salida de embarcaciones desde el terminal marítimo situado en el departamento del Atlántico, bordeado por el río Magdalena y con salida al Mar Caribe.
Los buques con esloras de hasta 180 metros no tienen restricción de operación, mientras que los que alcanzan una altura de hasta 200 metros deben ingresar durante el día con un profundidad de 6,2 a 6,6 metros, previo análisis.
Del mismo modo, se hará un análisis de la capacidad de maniobra de cada embarcación que se encuentre sobre los límites máximos permitidos.
La Autoridad Marítima Colombiana informó que además continuará monitoreando la evolución de las condiciones de navegabilidad y que notificará sobre cualquier cambio o restricción que se presente para garantizar "la seguridad integral marítima y fluvial del país".
Situación con el dragado
Desde hace años, el río Magdalena presenta altos niveles de sedimentación y bajo calado, lo que ha causado que los buques tengan que ir a otros puertos vecinos ante la imposibilidad de ingreso.
Además, los trabajos de dragado en la zona han sido muy costosos, insuficientes y no han solucionado el problema, una cuestión que se agrava porque Barranquilla no cuenta con un sistema propio de este tipo.
Hasta septiembre, las perdidas por la "peor crisis en la historia de la zona portuaria de Barranquilla", como ha dicho el director de la Asociación de Puertos del Atlántico, Lucas Ariza, ascendían a 12.000 dólares y, de no atenderse la situación, podrían alcanzar los 14.000 dólares a finales de año, recoge La República.
La alta sedimentación se encuentra en Bocas de Ceniza, el punto de desembocadura del río Magdalena en el Mar Caribe, lo que además podría generar afectaciones y desbordamientos. Por ello, se declaró urgente la contratación de una nueva empresa que realice el dragado.
"Afectaciones incalculables"
En su cuenta de Twitter, Ariza detalló que las afectaciones causadas por la nueva restricción sobre el tránsito de barcos "son incalculables". "La draga presente en la ciudad aduce no poder intervenir en el canal por no tener condiciones apropiadas. Mientras tanto el puerto bloqueado. Inadmisible".
Frente a la crisis, la agencia gubernamental Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena (Corpomagdalena) convocó el pasado domingo a una mesa técnica "para buscar soluciones conjuntas a la navegabilidad del río Magdalena, y la operatividad de la Zona Portuaria de Barranquilla". Al encuentro estaban convocadas la Alcaldía de Barranquilla, la Dirección General Marítima, la constructora con sede en Luxemburdo Jan De Nul Group y la empresa Pilotos del Puerto de Barranquilla.
En otro trino, Corpomagdalena adelantó que se realizan labores de relimpia para garantizar la seguridad náutica de la draga dispuesta por la contratista European Dredging Company, para que los trabajos puedan empezar "lo antes posible".
En Barranquilla se espera que este año se adjudique una nueva contratista de dragado y una de las más sonadas es la empresa china Xin Hai Hu 9.
El más reciente nivel bajo de calado se registró en julio pasado, cuando alcanzó 6,7 metros. A pesar de la pandemia, el Puerto de Barranquilla había conseguido aumentar en 13 % su movimiento de carga hasta septiembre, en comparación con la mismo lapso de 2020, cuando solo fue de 6 %.