Denís Logunov, director adjunto del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, de Moscú, concedió a RT una entrevista exclusiva en la que se refirió, entre otros temas, a la necesidad de alcanzar la inmunidad colectiva frente al covid-19, como meta principal para todo el planeta en las circunstancias de la pandemia. Como se recordará, fue en esa institución donde se creó la primera vacuna anticovid en el mundo, la Sputnik V, y luego la monodosis Sputnik Light.
"Efectivamente, la inmunidad de rebaño desempeñará un papel fundamental en la derrota del coronavirus. […] No hay otra forma. En todos los otros patógenos capaces de producir infecciones respiratorias agudas en la población humana, el índice de letalidad es marcadamente menor, significativamente diferente al que tenemos con el covid. Incluso, en el caso de la gripe porcina es de 0,04 %, mientras que, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la del covid es de 2 %, es decir, 50 veces mayor", señaló el experto.
Al alcanzar la inmunidad de grupo se reduciría, obviamente, el número de casos letales y graves, lo que aliviaría la presión sobre el sector sanitario. Sin embargo, conseguir la disminución de las tasas de infección sería más difícil, según vaticinó Logunov, explicando que para no enfermarse hace falta "actualizar sistemáticamente la inmunidad".
¿Actualizar la Sputnik V?
Así, el científico habló sobre la posibilidad o necesidad de actualizar la versión existente de la vacuna Sputnik V, especialmente ante el peligro que representa la variante delta del virus.
"Se pueden elaborar y producir rápidamente versiones actualizadas de las vacunas anticovid [gracias a las] plataformas que se usan no solo en el Centro Gamaleya, sino en Pfizer, Moderna, Astrazeneca, Johnson & Johnson, [...] que se adaptan muy rápido a nuevas variantes", afirmó Logunov.
En ese sentido, recalcó que el monitoreo constante de la situación epidemiológica es "la única manera" de "hacer las adaptaciones a tiempo". Además, aseguró que si apareciera una variante con mayor patogenicidad, transmisibilidad o letalidad, sería "lógico" actualizar la vacuna, proceso que requeriría unos meses.
"En principio, si la variante delta resulta ser muy estable, entonces podría examinarse la posibilidad de cambiar las cepas [de las vacunas]. Actualmente, la eficacia existente es mayor que la planteada en los requisitos de la OMS. [...] De momento, no hay motivos firmes para proceder a esos cambios", resaltó el especialista.
En esa misma línea, dijo que el centro Gamaleya ya dispone de "todas las cepas de vacuna", tras probar su eficacia y seguridad en animales. Además, garantizó que hay lotes limitados que pueden ser utilizados en el marco de ensayos clínicos y luego en la práctica, en caso de que se produzca una decisión al respecto por parte de las autoridades sanitarias.
Sin embargo, comentó que de momento la mayoría de los países han optado por la estrategia del "tercer refuerzo", que recupera de forma eficaz la inmunidad disminuida, de seis a ocho meses después de la primera inoculación. Por ello, la revacunación se perfila como una medida eficiente para "proteger a la población".
La cepa delta: producto de la evolución del virus
Al referirse a la variante delta, Logunov descartó la idea de que sea más letal que la detectada en Wuhan. Sin embargo, precisó que con ella sí cambió la estructura de la incidencia, por lo que se contagian más niños.
Además, se redujo el período de incubación, que ahora ronda los tres a cinco días: "un lapso muy corto" que dificulta la respuesta del organismo frente al virus, especialmente si se trata de sistemas inmunes debilitados.
Hacia una versión nasal de la Sputnik V
De otra parte, Logunov precisó que ahora los especialistas del centro Gamaleya están trabajando para producir próximamente los primeros lotes de una versión nasal de la vacuna Sputnik V. Ese tipo de inmunización permitiría "no solo crear la inmunidad sistémica", sino también atender directamente "la puerta de entrada de la infección". Esto, a su vez, "permitirá esterilizar a las personas de forma más eficaz en términos de infección, es decir, crear precisamente la inmunidad esterilizante".
En cuanto a tiempos para el desarrollo de ese fármaco nasal, el experto señaló que las primeras dos etapas de ensayos de eficacia podrían arrancar en Rusia a principios de 2022 y durar de tres a cinco meses.
Este domingo el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó que está dispuesto a participar en las pruebas.