Kevin Strickland, de 62 años, ha sido exonerado este martes por un tribunal del estado de Misuri (EE.UU.) tras pasar más de 40 años entre rejas por un triple asesinato en el que nunca estuvo involucrado, informa AP.
En todos estos años, el reo nunca admitió su culpa y siempre insistió en que estaba viendo la tele en su casa cuando se produjo el crimen múltiple.
"En estas circunstancias únicas, la confianza del Tribunal en las condenas de Strickland está tan socavada que no puede mantenerse y la sentencia condenatoria debe ser anulada", dictaminó el juez James Welsh en su veredicto, indicando que el preso será puesto en libertad de forma inmediata.
El fallo judicial se produjo después de que la fiscal del condado de Jackson, Jean Peters Baker, afirmara en una audiencia probatoria de tres días que las pruebas usadas para recluir al reo ya habían sido refutadas.
Mientras, el fiscal general de Misuri, Eric Schmitt, que se postula al Senado del país, trató de impedir los intentos de liberación de a Strickland, por considerarlo autor de la masacre. Sin embargo, tras la decisión final de este martes, Schmitt no tomará más medidas, según confirmó su vocero.
En mayo de este año, la Fiscalía admitió su error después de que otros dos hombres se declararan culpables del crimen en noviembre de 2020, y precisó que Strickland no estaba con ellos en el momento del asesinato. Sin embargo, la Corte Suprema de Misuri se negó a considerar la petición de Strickland sobre su inocencia.
La exención solo cobró forma cuando en agosto Baker se acogió a una ley local que permite a los fiscales impugnar las sentencias condenatorias si creen que el acusado no tiene nada que ver con los hechos que se le imputan.
Testigo clave rectificó sus declaraciones
El 25 de abril de 1978, cuatro desconocidos irrumpieron en una casa en Kansas City y asesinaron a tres individuos identificados como Larry Ingram, John Walker y Sherrie Black. También dispararon contra Cynthia Douglas, quien sobrevivió al ataque y pudo luego identificar a dos de los atacantes. Entonces también señaló a Strickland, que tenía entonces 18 años, cuando la Policía le habló de él.
En 1979, el presunto criminal fue condenado por un jurado completamente blanco a cadena perpetua, sin derecho a solicitar libertad condicional durante al menos 50 años. Tres décadas después, en 2009, la propia Douglas dirigió un correo electrónico a una organización que lucha contra las sentencias erróneas y buscó rectificar sus declaraciones.
La mujer murió en 2015, pero el caso fue reportado por The Kansas City Star, lo que determinó una revisión del asesinato por parte de la Fiscalía. De hecho, la misiva de la testigo fue calificada como una "verdadera retractación". Además, se descubrió que las huellas dactilares presentes en el arma homicida no pertenecían a Strickland, aunque anteriormente se consideró que el convicto sí llevaba armamento.
Mientras, la audiencia probatoria de este mes se centró en las declaraciones rectificadas de Douglas. El juez Welsh enfatizó en su decisión que la mujer "dudó en actuar porque temía ser acusada de perjurio si se retractaba públicamente".
Paralelamente, testimonios de familiares, amigos y de un compañero de trabajo de Douglas apuntaban a que la mujer fue presionada por la Policía para señalar a Strickland como el autor de los homicidios, mientras ella intentaba durante años corregir sus declaraciones.