Un equipo internacional de científicos de 38 institutos de investigación y empresas se dispone a perforar la zona del cráter del volcán Krafla (Islandia) hasta una profundidad de dos kilómetros, con el objetivo de crear el primer observatorio de magma subterráneo del mundo.
Ubicado en el noreste de la isla, el cráter está repleto de agua turquesa y fumarolas que desprenden vapor y azufre, por lo que cada año atrae a múltiples visitantes deseosos de hacerse allí fotografías y publicarlas en sus redes sociales.
Pero el volcán Krafla no solo concentra potencial turístico, sino también energético e investigativo.
Precisamente, estos dos últimos aspectos están siendo desarrollados por el equipo del Krafla Magma Testbed (KMT), un proyecto de 100 millones de dólares que fue lanzado en 2014 y cuya primera perforación está prevista para 2024.
"No existe ningún observatorio de este tipo y jamás hemos presenciado magma subterráneo, aparte de tres encuentros fortuitos en perforaciones" en Hawái, Kenia e Islandia, asegura Paolo Papale, del Instituto Nacional Italiano de Geofísica y Vulcanología, en declaraciones a AFP.
La intención prioritaria de los científicos es llegar hasta un pozo lleno de lava, la roca fundida a kilómetros de profundidad que, contrariamente a la lava de la superficie, sigue siendo un terreno desconocido.
"Saber dónde se encuentra el magma es vital para estar bien preparados", añade Papale. "Sin ello, vamos casi a ciegas", advierte.
Según el investigador, este proyecto "tiene el potencial de ser un enorme progreso" en nuestra capacidad de comprender el origen de los continentes, la dinámica de los volcanes o los sistemas geotérmicos. Por otro lado, aspira también a avanzar en la explotación de la energía geotérmica y en la predicción de erupciones volcánicas y sus riesgos.
Potencial energético
"Gracias a este proyecto, queremos desarrollar una nueva tecnología para poder perforar a más profundidad y obtener esta energía nunca antes explotada", indica Vordís Eiríksdóttir, directora ejecutiva de la explotación geotérmica de Landsvirkjun, la compañía nacional de electricidad.
A kilómetros bajo tierra, la roca alcanza temperaturas tan extremas que adquiere un estado intermedio entre el estado líquido y el gaseoso, generando una energía entre cinco y diez veces mayor que la de los pozos convencionales.
Sin embargo, perforar en un ambiente tan extremo constituye todo un desafío técnico. La corrosión generada por el vapor ardiente será uno de los mayores obstáculos a los que se enfrentarán los materiales de perforación, si bien los ingenieros y científicos del proyecto tienen la certeza de que lograrán superarlo.