La Cancillería china evalúa el estado de la democracia en EE.UU. y asegura que "ha perdido su brillo"

El Ministerio de Relaciones Exteriores de China publicó este domingo en su página web el informe anual, denominado 'el estado de la democracia en EE.UU.', con el objetivo de exponer las deficiencias del régimen político de ese país. 

Washington y Pekín se encuentran en "una carrera de armas hipersónicas", declara el secretario de la Fuerza Aérea de EE.UU.

"EE.UU. se autodenomina 'la ciudad sobre la colina' y 'el faro de la democracia', y afirma que su sistema político fue diseñado para defender la democracia y la libertad. [...] Sin embargo, la visión de la democracia ha perdido su brillo en el EE.UU. de hoy. La autodenominada democracia estadounidense está ahora gravemente afectada por la política del dinero, el gobierno de la élite, la polarización política y un sistema disfuncional", subraya el documento. 

Según la Cancillería china, EE.UU. es un "país típico dominado por una clase élite". "El pluralismo político es solo una fachada. Un pequeño número de élites dominan la esfera política, económica y militar. Controlan el aparato estatal y el proceso de formulación de políticas, manipulan la opinión pública, dominan la comunidad empresarial y disfrutan de todo tipo de privilegios". 

Hacen hincapié en que la función de 'frenos y contrapesos', que fue elaborada para prevenir el abuso de poder, ha sido distorsionada en la práctica política estadounidense. "La polarización política continúa creciendo a medida que los dos partidos se separan cada vez más en la agenda política y sus áreas de consenso se han reducido significativamente", reza el documento. 

Estipula que "el racismo es una mancha indeleble de la democracia en EE.UU." porque en su historia la sociedad estadounidense de vez en cuando experimenta "recaídas" en el problema de la discriminación racial. Aparte de esto, citando el aumento del coeficiente de Gini (medida de la desigualdad) a uno de los niveles más altos en 50 años, la Cancillería china concluyó que EE.UU. es "el país más polarizado que cualquier otro en Occidente" en términos de distribución de la riqueza.

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Más aún, la democracia al estilo estadounidense se ha convertido en "un juego de la política monetaria". "De hecho, los ciudadanos solo tienen un derecho restringido a la participación política. La desigualdad en el estatus económico se ha convertido en la desigualdad en el estatus político".

En cuanto a la política exterior, el documento señala que EE.UU. "tiene la costumbre" de interferir en los asuntos internos de otros países para buscar un cambio de régimen e instalar gobiernos proestadounidenses. No obstante, "la exportación por EE.UU. de su marca de democracia por la fuerza ha provocado desastres humanitarios en varios países". Además, el reporte destaca que durante un largo período EE.UU. ha ejercido su hegemonía financiera y tecnológica, recurriendo al uso de su 'gran palo', en forma de sanciones económicas unilaterales. 

Al final, el reporte puntualiza que actualmente "es imperativo" para la nación estadounidense emprender esfuerzos para garantizar los derechos democráticos de su propio pueblo y cambiar su enfoque de la política exterior, asumiendo más responsabilidades y absteniéndose de utilizar sus valores para dividir al mundo en diferentes campos.

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